Amartizaje
Por Karlos Dearma.
El Kosmo 4
orbitaba pesadamente la luna. En su interior, un único y atribulado tripulante
intentaba terminar con las necesarias reparaciones. La Tierra era ya un planeta
inhabitable: Una lluvia de meteoritos había acabado con la civilización.
Aquello era un hecho y Federico Vallejos, el solitario cosmonauta, trataba de
asimilarlo. Por lo menos no estaba solo, pensó.
Un poco más
allá, el resto de la flota estelar, compuesta por unas cincuenta naves, albergaba
lo que quedaba de la especie humana. Vallejos se detuvo un momento frente a una
escotilla para observarla. Abrumado por esa visión no se dejo abatir. Tenía
orden de terminar con las reparaciones a la brevedad. Así se lo había dictado
su jefe, el coronel Nielsen. ¿Para qué? Aun no lo sabía, pero era mejor
obedecer las órdenes del cabronazi malhecho ese.
La respuesta
no se haría esperar. La computadora le notifico que la nave insignia intentaba
comunicarse con él. Se dirigió hasta la consola para responder.
-Aquí Kosmo
4, Vallejos se reporta.
-Le habla
Nielsen. ¿Termino ya con los arreglos?
-Estoy en
eso. Necesito dos días más y lo tendré.
-Ok. No esta
tan mal para un inútil como usted. Escúcheme. Ni bien termine con todo fije un
curso hacia Marte. Necesitamos saber si es viable una colonia allí. Ha sido
elegido para averiguarlo. ¿Me copia?
La noticia
lo golpeo. Al principio no pudo articular palabra. Se daba cuenta de la
importancia de aquella orden. Desde el otro lado, Nielsen le hizo volver a la
realidad con sus acostumbradas y vulgares demostraciones de poder.
-¡Vallejos,
idiota! ¿Escucho?
-Eh, este, ¡Sí!
Disculpe. Tengo preguntas. Mi nave no es
muy apropiada para un amartizaje. Podría hacerme pedazos al bajar. ¿No ha sido
evaluado esto por ustedes?
-Oh, claro
que sí. Lo que dice es perfectamente posible. Por eso lo elegimos. O es
el primer humano en aterrizar en Marte con vida, o es el primero en estrellarse
contra la superficie. En ambos casos sería un gran honor para usted. ¿Acaso no
lo cree? No se olvide de algo más: ¡Es una orden y lo haré pedazos si no me
obedece!
Hecha esta
aclaración, Nielsen cortó. Vallejos lo medito por última vez: ¿Qué podía hacer
un cobarde como él, más que obedecer? Carne de cañón: Entro a la cámara
criogénica y durmió el sueño espacial del que lo despertaría su computadora
unos meses después, en la órbita marciana.
Le tomo un día mas reponerse de los
efectos del vuelo pero cuando se sintió mejor se decidió a realizar el
descenso. La maniobra era difícil pero todo salió bien. Era el primer humano en
bajar al planeta rojo. La nave se poso de forma brusca sobre la superficie pero
lo había logrado. Hubiera deseado descorchar una botella de champan, pero no
tenia y estaba solo, o eso pensó.
Observo el
paisaje que se extendía ante él. El sitio elegido era el interior de un
profundo cráter en donde esperaba
encontrar refugio seguro. En lugar de ello pudo ver algo que se movía allí
afuera. Un sentimiento de indescriptible terror lo invadió. El humanoide de
casi dos metros de altura caminaba hacia la nave, embutido dentro de una
escafandra. ¿Eran acaso así los marcianos? El ser se detuvo frente al ventanal.
Vallejos asustado, exclamó:
-¡¿Es usted,
Nielsen?!
-¡Vallejos, retrasado!
¿Quién mas creyó que podía ser? ¿Ziggy Stardust?
Era el imbécil
del coronel pero: ¿Qué había sucedido?
Por un error
en la carga de las coordenadas del viaje, la flota se adelanto y había llegado antes.
Al pobre Vallejos la gloria de ser primero se le escapaba de las manos.
Este relato participo del concurso "El Marciano" organizado por "El Circulo de escritores". Es la continuación de otro llamado "El último hombre". Debo agradecer la tan oportuna publicacion de uno de mis historietistas favoritos: Tute, que use para ilustrarlo. También incluye un pequeño homenaje a uno de mis rockeros más queridos: David Bowie. A ambos les dedico esta historia. Espero lo disfruten.
Me cae bien el pobre Vallejos. Seguiré de cerca sus desventuras. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Bruno, me alegro. Saludos.
EliminarPobre Vallejos, se quedó sin la oportunidad de llegar a Marte el rimero. Al final va a tener razón su coronel.
ResponderEliminarGenial.
Un abrazo.
Grax amiga !!! Es una lastima que tenga razón el coronel. Besines.
EliminarMuy entretenido, con buen humor y narrado con sobriedad. Vallejos, todo un personaje, entre él y el coronel, menuda estampa de lo que queda de la humanidad.
ResponderEliminar¡Abrazo, Carlos!
Si, quizás no sea muy esperanzador pero me alegra que te guste tanto. Abrazo!!!
EliminarEste Vallejos parece un personaje de Ibáñez, el dibujante español de Mortadelo y Filemón. Podrias iniciar una saga como hizo Lem con su piloto Pirx. Muy bueno, Carlos. Abrazos
ResponderEliminarMe falta conocer a Mortadelo y Filemon, oí de ellos pero no los conozco. Gracias por comentar y me alegra que te guste. Y si, quizás algún día continúe con la historia, que ya tiene dos capítulos. Abrazo!!!
EliminarPobre Vallejos al final se queda sin la gloria efímera de aterrizar en Marte. Y qué lástima que la lluvia de meteoritos dejara a alguien como el coronel. Muy interesante y bien contado.
ResponderEliminarSaludos
Como le cuesta a la humanidad deshacerse de este tipo de personajes, ¿No es así? Están por todos lados. Me alegra que te parezca interesante, gracias por comentar. Saludos Conxi!!!
EliminarUn error de cálculo puede tenerlo cualquiera, y según las circunstancias puede ser incluso afortunado. No es éste el caso, ya que Vallejos perdió su oportunidad de pasar a la historia. Un entretenido relato, Carlos. Has conseguido que odiemos al coronel y empaticemos con Vallejos en muy pocas palabras :))
ResponderEliminarUn abrazo y mucha suerte en el concurso!!
Muchas gracias Julia. Esperaba verte por allí también. Tienes tiempo. Besines !!!
EliminarEl pobre Vallejos no llegó el primero , pero la historia es entretenida Suerte con el concurso. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Maria, igualmente. Besin!
Eliminarjajaja, muy bueno Carlos! Vaya flota! Pobre Vallejos :) Es tan sofisticado y sublime como lo haríamos los terrícolas. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarGracias, Me alegro que te haya gustado la historia. La colonización del espacio también tiene sus miserias. Besin.
Eliminar¡Pobre hombre!
ResponderEliminarMe gustaría leer algo más sobre él, tal vez puedas continuar el relato o iniciar una saga como te han dicho por ahí.
¡Un saludico!
Gracias Sue!!! me ha gustado mucho tu historia, realmente la disfrute. Lo de una saga con Vallejos ya me esta dando vueltas, orbitandome, jeje, posiblemente en un futuro no tan lejano. Abrazo.
EliminarPobre hombro! Primero lo mandan al frente y luego le roban la gloria! Interesante relato, muy bien narrado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Mirna, me alegra que te guste. Me he divertido mucho escribiéndola. Besin.
EliminarDescacharrante. Siempre hay un chapuzas al que todo le sale mal, da igual que sea aquí o en Marte. El final es en verdad muy bueno, jamás imaginé que fuea Nielsen (¿Leslie?). Ha sido un viaje muy divertido Karlos.
ResponderEliminarJa es cierto, le toco el papel a Vallejos. La verdad es que Nielsen aun no tiene nombre. Me gusta y divierte, el como lo has bautizado. Creo que ya tiene nombre, si continua la saga, je. Un gran abrazo amigo.
EliminarLo que no está para uno... ni con gps. Muy bueno!!!
ResponderEliminarAbrazo!!
Gracias Mar!!! Así parece. Me alegra que pases por aquí y te guste la historia. Besin.
EliminarEstuvo tan cerca de hacer historia, al menos logró aterrizar con vida así que quizás las cosas le mejoren en un futuro.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Saludos.
Gracias Felipe, estoy seguro que si. Tengo la idea de continuar con la saga. Me alegra que te hayas pasado por aquí. Abrazo !!!
EliminarMe gustaron los diálogos y el sentido del humor.
ResponderEliminarParece ser toda uba saga esta.
Un abrazo, Carlos!