Seguidores del BLoG

lunes, 31 de agosto de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capítulos 110 y 111




110   REYERTA EN EL MAR DE FENICIA
Por Karlos Dearma.

Estamos listos para pelear, no tenemos otra alternativa. Por espacio de una hora hemos estado intentando tomar distancia de las naves de los ahhiyawa, sin ningún resultado: Han conseguido casi ponerse a tiro de arco. Estamos más cerca de la costa pero aún lejos de Tiro. Es de noche y consigo ver las figuras de los tripulantes de los otros dos navíos moviéndose en sus cubiertas, es solo cuestión de tiempo el que nos disparen sus dardos e intenten abordarnos. Otra vez estamos a merced de los dioses y sus caprichos, solo deseo que otra vez estén de nuestro lado.

Las naves piratas acortan más la distancia, la claridad del nuevo día se intuye en el horizonte de la costa, ahora puedo escuchar los gritos de los ahhiyawa, no distingo que es lo que dicen. Parece un cántico.

-Escucha, SETI, parece que cantan alguna canción guerrera.

-No lo sé, KHUFU, tal vez estés en lo cierto.

-Cada vez llega con más claridad. Me gusta más eso que las cantinelas de los marineros, SETI, suena mejor. ¿Qué dirán?

Le pregunto al fenicio: -¿Sabes que dicen, IB?

-Sí, claro y simple: ¡Matar o morir, matar o morir!, ¡Matar o morir, matar o morir!

-Déjalo IB, ya no me parece tan simpático. Voy a dispararles con mi arco.

KHUFU camina resueltamente hacia la popa arco en mano. Lo veo tomar una de sus flechas del carcaj y le da fuego, de manera muy meticulosa carga el arco y se inclina hacia atrás tensando la cuerda, alzando levemente la vista al cielo y apuntando al navío que se encuentra más cerca. En unos segundos de tensión, en que hasta el viento y el tiempo parecen detenerse, se resuelve la jugada: Suelta la cuerda y la flecha parte en dirección a los ahhiyawa. Todos en el barco observamos con atención como la saeta se eleva en el aire, describiendo una especie de curva ascendente, precipitándose luego hacia el navío pirata. Uno de los marineros parados en la proa recibe el impacto, perdiendo el equilibrio y golpeándose contra la baranda, cayendo luego de manera espectacular al mar. En el navío ahhiyawa de pronto los cánticos cesan: Un coro de hurras se alza desde las gargantas de los fenicios, vitoreando a KHUFU que, impasible, observa la escena.

Pero los piratas no nos dan respiro: casi inmediatamente empiezan a dispararnos sus dardos encendidos que iluminan el cielo como una lluvia de antorchas que ahora caen sobre nosotros, los nuestros también caen. KHUFU junto con los otros arqueros fenicios les responden, el día comienza a clarear más y eso facilita la tarea de los flecheros. Los navíos ahhiyawa se acercan y el primero de ellos viene para abordarnos; los guerreros enemigos nos gritan y esto promete ser terrible. Un grito se alza desde la garganta de IB:

-¡Mirad, las naves de Tiro! ¡Loados sean los dioses!

Miro hacia el norte y allí les veo, cinco velas se acercan a toda velocidad; son naves de guerra fenicias, los marineros cananeos lanzan nuevas hurras y las naves de los ahhiyawa comienzan a dar la vuelta, alejándose. Estamos a salvo.


111  LA PRESA DEL REY DE HATTI
Por Karlos Dearma.

ARNUWANDA se apea alegremente de su caballo. Corre a abrazarnos, agitado. También me alegra verle aunque me sorprende su efusividad: Hace menos de una semana de la última vez que le vimos.

-Amigo, no esperábamos verte tan pronto. ¿Qué te trae por aquí?

-Mejor sería decir: ¿Quienes me traen por aquí? He salvado la vida de milagro.

-¿Que sucedió?

-Soldados del rey de Hatti. Casi caigo prisionero pero logre escapar, venían con la intención de matarme, y a ambos. Mate a algunos de ellos y deje minusválidos a otros, me escabullí por los tejados y robe un caballo: Vendrán por ustedes en cuanto se repongan.

-¡MURSHILLIS!

-Supongo que sí. Tu hermano no piensa dejarte vivir en paz, deberás ocultarte MUWATALLIS. Ahora soy un prófugo igual que ustedes. Espero me reciban como tal, vendrán siguiéndonos.

-Sabes que eres un amigo para nosotros, estamos juntos en esto desde ahora.-Mi abuelo rompe el silencio, su rostro ceñudo refleja ira y preocupación.-Dime: ¿Sabes quién les mandaba?

-LABARNA de Nera, le reconocí.

-¡La rata inmunda esa! Debí matarlo cuando pude, y a los otros.

-No creo que nos falte la oportunidad, ahora comprendo que no podre dejar atrás esto, deberé regresar algún día para terminar con este asunto. Pero me doy cuenta que deberemos esperar. Primero, lo primero: Alepo. Ayudaremos a tu amigo, SESOSTRIS y luego veremos.

-Eres sabio, me alegra que mi nieto lo sea. Además no creo que se atrevan a cruzar KIZZUWADNA. Es un reino que no se encuentra en buenos términos con Hatti.

-Dime, MUWATALLIS ¿Porqué miras así a mi caballo?


-Simple, dime tu ARNUWANDA ¿No habrás sido tu capaz de robarte algún otro caballo sagrado?

continuará ... 

lunes, 24 de agosto de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capítulos 108 y 109



 108      KIZZUWADNA
Por Karlos Dearma.

Dejamos Ankuwa hace cinco días. La meseta brilla con los últimos soles de la primavera, grandes nubes blancas corren como corceles por el celeste cielo y el calor del verano ya nos está dando sus primeros avisos. 

Aprovechamos la somnolienta mañana para viajar y luego poder descansar al mediodía, ocultándonos del sol en las peores horas.

Marchamos después apurando a nuestros caballos hasta el atardecer. KIZZUWADNA me recuerda a los inolvidables dias de convalecencia en ARZAWA, paisajes placidos de colinas bajas y montañas lejanas.

Amables campesinas y campesinos nos saludan a nuestro paso, nos obsequian frutas, conversamos con algunos de ellos y les dejamos atrás, deseándonos ellos buen viaje en la lengua dulce de Hurri.

HATTUSILLI parece conforme con nuestros progresos, pronto entraremos en Siria y los dominios de Alepo. Más rápido de lo esperado y sin contratiempos. Solo una patrulla nos interrogo hace dos días atrás. Los soldados del rey de KIZZUWADNA quedaron conformes con nuestra coartada: Viajeros en camino a Fenicia, nada para sospechar de nuestras verdaderas intenciones que por supuesto no les afectan, ni a su rey, ni a ellos. Es esta una importante ruta de comercio y los naturales están sobradamente acostumbrados a los viajantes y caravanas.

Al caer un nuevo atardecer acampamos al cobijo de un grupo de álamos. Junto leña seca para avivar un fuego. HATTUSILLI está atento, como inquieto, me ha comentado tener la impresión de que alguien nos sigue. 

Haremos guardia esta noche, no es cuestión que algún grupo de forajidos nos sorprenda. El viento agita levemente las copas de los árboles, los insectos nos acompañan con su coro de ruidos. La luna es una terca compañía. Pero de pronto todo se hace silencio. HATTUSILLI me hace una señal y ambos tomamos nuestras espadas. Un caballo piafa cerca y un jinete aparece en la oscuridad saliendo de la foresta:

-¡Alto, quien vive!

-¡MUWATALLIS, HATTUSILLI, soy ARNUWANDA!



109    LAS NAVES DE LOS AHHIYAWA
Por Karlos Dearma.

Tan solo un poco más de medio día de travesía nos separa de Tiro. Las costas de Fenicia se recortan a lo lejos, al Este. Es noche de luna y la mayor parte de la tripulación duerme placida. 

Hago la guardia sin novedad, vigilando el horizonte. La claridad de esta noche se interrumpe de a momentos: Algunos nubarrones ocultan la faz de la luna para luego dejarnos ver su pálida luz, y así sucesivamente. 

KHUFU me acompaña. Escudriña el horizonte en busca de alguna novedad, no la hay. Nos acercamos a un brasero que nos abriga con sus llamas del fresco de la noche, por lo demás la travesía sigue siendo agradable.

-Dime SETI, ¿Qué me puedes decir de las sacerdotisas de Astarté?

-¡Ja! No tanto. ¿Qué intentas saber?

-¿Es cierto que danzan desnudas como dices?
 ¿Tendremos tiempo de ver el espectáculo?

-Es solo para los fieles, nosotros quedamos fuera de ello, no olvides que somos egipcios y tenemos a nuestros dioses.

-Me interesaría, aunque sea por un momento, adorar a la diosa de los cananeos.

-¡ja, ja, ja!

-¡ja, ja, ja!

-¡Eh, ustedes, a ver si os dejáis de boquear! ¡Queremos dormir!-Un marinero fenicio nos increpa con cara de pocos amigos, le hacemos caso.

-¡Esta bien! Volvamos a lo nuestro KHUFU.

El océano mece suavemente a nuestro barco, como si este fuera un bebe, y nos arrulla con el sonido de sus olas. El movimiento es monótono y tranquilo, hipnotizante por momentos, observo el fluir eterno de sus aguas y caigo en una especie de sopor: Tengo sueño pero no puedo dormir. 

Intento concentrarme cuando KHUFU me saca de mí con un grito:

-¡Mira al Oeste, SETI, parecen navíos!

Sobresaltado corro tambaleando hacia esa banda del navío, me apoyo en la borda y fijo la vista en ese par de sombras que parecen venir en nuestra misma dirección. ¡Son velas! 

Vienen efectivamente hacia nosotros, parecen navíos grandes pero de andar ligero, mejor dar la alarma:

-¡Atención marinos de Fenicia, despierten!

Casi inmediatamente los adormecidos marineros salen de sus refugios, vacilantes, tropezando; un casi sonámbulo IB llega hasta al lado mío, balbuceando cosas incomprensibles en el idioma duro de los fenicios. Cuando se calma comienzo a comprender:

-¡Las naves de los ahhiyawa! ¡Son Piratas! 
¡Todos a sus puestos!

-¿Cuál es el plan, IB?

-Usaremos todas nuestras velas y remeros. Trataremos de huir: Buscaremos la costa y la protección de las naves de guerra de Tiro. Estos bribones son más atrevidos de lo que suponía, están muy cerca de nuestra tierra.

-Armare a los arqueros y preparare a los guerreros. Veré si podemos echarle fuego a alguno de nuestros perseguidores. ¡Encended un gran fuego!

-¿Crees que es una buena idea, SETI? Nos hará más visibles.

-No te preocupes KHUFU, no tiene sentido escondernos. Ya nos han visto y no tenemos lugar alguno en donde ocultarnos. Será mejor que prepares tus flechas.

-Lo haré.

continuará ... 



lunes, 17 de agosto de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capítulos 106 y 107


106  QUIRQUNIK
Por Karlos Dearma.

Tan solo una semana después de mi entrevista con ISHME-DAGAN alcanzo Quirqunik, una reducida escolta me acompaña. Vengo por TIGLET-PILESER: Resulta que SALMANASAR no le llevo a Egipto por ser demasiado “sanguinario”, ¿Hace falta agregar algo más? 

Me anuncio con el centurión que hace la guardia: me mira con desconfianza cuando le digo que llego desde la capital, debo esperar.

Media hora después un soldadito con la cara cubierta de granos se hace presente:

-¿Eres, SIN?

-Sí.

-Ven conmigo, TIGLET-PILESER te espera.

Dejo a mi escolta en la puerta, del lado interior de la muralla. Caminamos por calles sucias donde rostros vacilantes nos observan de manera extraña, como si fuéramos vestidos de mujer o como si tuviéramos la peste.  La vivienda de TIGLET-PILESER se destaca por sobre las otras, tiene  tres pisos. 

Una puerta nos franquea el paso hacia un amplio jardín interior, mucho refinamiento rodea a un gran estanque en donde algunas doncellas toman un baño, solo un hombre las acompaña. 

Le observo: Tiene un cuerpo enorme coronado por una cabeza barbada y de perfil aguileño, su rostro cruel me observa con aire de satisfacción y sin salir del agua saluda:

-Bienvenido a mi hogar, SIN, ¿Qué es lo tiene entre manos mi cuñado, ISHME-DAGAN?


107  JERICO
Por Karlos Dearma.

Finalmente llegamos a la ciudad. IRAH nos recibe con alegría, la mayor de sus muestras de cariño por supuesto se la llevan sus hijas. El escita me abraza con afecto: Hemos combatido juntos en muchas oportunidades y nos salvamos el pellejo mutuamente varias veces. Me invita a su tienda. 

He recuperado algo de mis fuerzas y no hay señales de los elamitas: Un poco de paz no está mal. Conversamos de los viejos buenos tiempos y también de los nuevos.

-Tengo noticias importantes para darte, DUMUZI, espero estés preparado para oírlas.

-Estoy más que agradecido de estar con vida, ¿Que novedad podría ser tan importante como para afectarme?

-Bien, supongo que ninguna, tal vez saber que SALMANASAR ha caído prisionero de los Egipcios.

-¡Los dioses me lleven! ¿Puede ser eso cierto?

-Puedes creerlo. El cerdo va camino de Tebas ahora mismo, los cuerpos mercenarios le entregaron al comandante egipcio, posiblemente armen un gran triunfo con él y luego lo maten, en fin, bien merecido que lo tiene. Nos estafo y a ti casi te asesinan.

-Bueno, me perdí la oportunidad de conocer a EA-TESHUB y de acomodar a ese cerdo asirio en donde lo merece. ¿Los egipcios están aún comandados por SETI de Abydos?

-No. Un tal AMUN de Tanis les comanda según me han dicho. Fue él quien negocio con ARNE y los otros.

-¡Vaya que es extraño! TUTMOSIS prescinde de uno de sus mejores jefes en esto. ¿Qué sucede en Egipto? 

continuará ...



lunes, 10 de agosto de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capítulos 104 y 105


104  DESASTRE EN NUBIA
Por Karlos Dearma. 

Las cosas no podrían ir peor: El terror se ha apoderado de las calles de Tebas. Las malas noticias han llegado desde Nubia más rápido de lo que imaginaba. La derrota ha sido casi total.

Mi amigo PEPI ha muerto y la tristeza se ha apoderado de mí. Solo guardo buenos recuerdos de él, nuestras familias estuvieron unidas por el parentesco y la amistad desde siempre. Era uno de los pocos hombres sensatos que aun acompañaban a faraón. El pérfido príncipe ZOSER nos ha traicionado y ahora TUTMOSIS es prisionero de los Nubios; sabía íntimamente que ZOSER era poco fiable: Su amistad con MENUNHOTEP y sus partidarios siempre me fue sospechosa. 

¿Cuantas calamidades se ciernen sobre Egipto? ¿Qué haría SETI si estuviera aquí? Tenía razón en que NAGA era una persona de cuidado. Debe de estar camino de Fenicia ahora mismo ignorando los hechos que me toca relatar.

Solo una parte del ejército ha podido quebrar el cerco, la que el príncipe BEBTI ha podido poner a salvo, y ahora retrocede hacia el norte hostigado por las vanguardias de Meroe.

He hecho los preparativos necesarios para poner a salvo a mi familia. Dentro de unos momentos participaré de una reunión donde se tomaran decisiones que afectaran gravemente el futuro de Egipto, en ella participaran los miembros más destacados del consejo que aún permanecen en la capital y los jefes militares: Los sacerdotes NASSOR (hermano de faraón) y NEFER; el príncipe UADJI; el jefe de las haciendas reales, QEB; el jefe de la guarnición de la ciudad, TUT y el comandante de oriente, AMUN.

Me pongo en camino hacia el palacio, la ciudad esta agitada, todos conversan de manera animada en las calles, sobre el mismo tema, en el trayecto soy increpado por conocidos y desconocidos: ¿Cuáles son las últimas noticias de Nubia? ¿Qué tan grave es la situación, AMENHOTEP? ¿Cómo detendremos a los Nubios? ¿Quién se hará cargo del gobierno? 

Todos están preocupados, trato de calmarles pero no es suficiente, veo el miedo en sus rostros.

105 EL CONSEJO
Por Karlos Dearma.

La reunión está por comenzar, entre los presentes el ambiente es de tensión, un protagonista inesperado se hace presente: Es el príncipe BEBTI, hermano de faraón, que ha llegado a marcha forzada desde Nubia. 

Otra participante no esperada está en la sala: Es CHAVI la otra hermana de TUTMOSIS. Todos los miembros destacados de la familia real están aquí como para graficar el estado delicado de las cosas. Es BEBTI quien inicia la charla:

-Como sabéis la situación general no puede ser más difícil. Por lo que se mi hermano es prisionero de NAGA. Fue herido y desconozco como es su condición, solo sabemos con certeza que fue capturado. Tampoco hemos establecido contacto con la reina o alguno de sus aliados, por lo tanto tendremos que actuar por nuestra cuenta. En su ausencia deberemos tomar decisiones importantes; Egipto necesita un gobierno.

-¿Podemos confiar en que TUTMOSIS será mantenido con vida?

-Creo que aún es más útil para NAGA con vida que muerto pero no estoy en condiciones de poder afirmarlo príncipe UADJI. Alguien deberá tomar su lugar.

-Es muy fácil decidir quién será esa persona hermano.-La princesa CHAVI hace su primera intervención.-Eres tú; el pueblo te apoyara y los nobles también, solo así podremos salir adelante  con esto.
  
-Supongo que todos estamos de acuerdo en eso.-NEFER el sacerdote de Amón da su opinión por aceptada, no hay obsecuencia en él, siempre ha sido uno de los consejeros más probos de faraón.-Tu debes ser el comandante en jefe desde ahora, solo esperamos tus órdenes.

Todos los presentes parecen asentir, el otro posible candidato, el príncipe UADJI, calla, sabe que no tiene poder para imponerse, los otros miembros de su partido fueron a Nubia con faraón; ninguno ha regresado y hoy forman parte del partido de la traición.
 
-Aceptaré ponerme en esta posición sabiendo que mi poder es solo temporal, cumpliré con este deber hasta que mi hermano regrese. Y si estáis todos de acuerdo comenzaremos por convocar a una leva forzada; todos los hombres en condiciones de pelear deben armarse. 
QEB deberás disponer de todos los recursos que sean necesarios. No podemos defender el valle ni la capital, mudaremos el gobierno al norte, hacia Avaris. El general TUT organizara las defensas de la ciudad y deberá retrasar al ejercito de NAGA lo más que pueda. Necesitamos tiempo. AMUN de Tanis será el encargado de reclutar un nuevo ejército en el delta, reuniendo a todas las guarniciones y armando todas las divisiones que sean necesarias. 
Trasladaremos los tesoros. Permaneceremos en Tebas solo lo necesario; Partiremos al norte lo antes posible.

-Hay un hombre que puede sernos muy útil en esta situación BEBTI.-NASSOR el sacerdote hermano de faraón consigue centrar su atención sobre él-, alguien capaz de reunir un ejército y motivar al pueblo, hermano créeme: le necesitaremos.

-¿Quién es ese hombre?

CHAVI se adelanta a su hermano NASSOR y da una respuesta:

-Le conoces muy bien. Ha tenido diferencias con TUTMOSIS pero no podemos olvidarle: SETI de Abydos.

continuará ...

miércoles, 5 de agosto de 2015

LA ISLA Y YO – CAPITULO XXV – UNA VELA


LA ISLA Y YO – CAPITULO  XXV – UNA VELA
Por Karlos Dearma.

El hedor, ese insoportable hedor proviene de allí: De esos pobres y desprevenidos infelices devorados. La visión de esos esqueletos me repugna. El asco y los mareos hacen presa de mí, tengo náuseas y pierdo el equilibrio, caigo sobre la arena en cuatro patas y no puedo evitar vomitar. Doce intenta auxiliarme como puede. 

Intenta alzarme en brazos pero soy demasiado pesado para ella, ambos caemos. Permanecemos tirados sobre la arena cálida. Unos minutos después estoy algo recuperado. Mi compañera vocifera unas palabras inentendibles para mí:

-Lijunia desirata.

Me suena a lujuria y deseo, pero no. Señala el bosque tropical. La miro extrañado alejarse en esa dirección, para perderse luego en la espesura. Esta vez no siento temor por perderla. Estoy seguro que volverá.

Ha tenido la precaución de llevarme hasta la sombra que proyectan unas palmeras. Recostado en el piso, algo más tranquilo, trato de discernir el tenebroso hallazgo. ¿Quiénes podrían ser esos infortunados seres? ¿Acaso otros sobrevivientes del naufragio? ¿Cuánto tiempo llevarían allí? Muchas preguntas sin respuesta. 

Trato de no comerme el coco con ellas pero no puedo. Cuando creo que ese divague es algo inevitable, salgo de mi sopor con una visión que me altera.

Sobre el horizonte del océano se perfila en la lejanía una vela. ¡No puede ser! Me digo a mí mismo.  ¿Podrá ser otro espejismo? ¡Estoy loco! Ya no sé lo que es real y lo que no. Pero algo me dice que es cierto. Abro y cierro los ojos repetidas veces, y sigue allí. Su tamaño va creciendo de a poco: ¡Viene hacia la isla!

Intento levantarme. A pesar de la debilidad que me sujeta, tomo un palo que encuentro por allí y logro ponerme de pie, lo utilizo a modo de bastón para acercarme a la orilla. Quiero gritar pero no puedo. 

Solo consigo sacar de mi garganta agotada un hilo de voz, cuando escucho a alguien detrás de mí que me llama. Es Doce que se acerca corriendo con unas hojas en la mano. Me las enseña y pronuncia lo que entiendo por su nombre:

-Lijunia desirata.

Ambos nos miramos a los ojos. Me pego a ella y, sin mediar más palabras, la beso. Doce, aunque noto algo de confusión en su mirada, me devuelve una sonrisa. Se queda en silencio, observándome. Le señalo el horizonte y, tomándola de los hombros, la hago girar hacia la mar para contemplar juntos al velero que se acerca a la ribera.

La muchacha abre la boca con asombro y pega un grito, que me sugiere terror. Da vuelta sobre sus talones, mete sus dedos en mi boca y me introduce dentro la hierba, obligándome a masticar las hojas de la lijunia desirata; intento resistirme pero no me deja, hace el ademan de masticar y ella también las come conmigo. 

No entiendo esa actitud pero la imito. Lo que si comprendo es su desesperación por alejarme de la playa, tomándome de las ropas y arrastrándome hacia la selva.  Siento el miedo en ella y no intento disuadirla. 

Juntos y abrazados buscamos la seguridad del interior, mientras de reojo observo a ese navío acercándose al litoral y me pregunto: ¿Nos abran visto?, ¿Por qué debo temer? 

Este nuevo capitulo se corresponde con la iniciativa de "El Circulo de escritores" llamada "Desafío: Escribamos una novela juntos"del cual participo. Obra Titulada "la Isla y yo". 

martes, 4 de agosto de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capítulos 102 y 103


102   RUMBO AL SUR
Por Karlos Dearma.

-Marcharemos al sur MUWATALLIS, tal vez atravesemos Kizzuwadna en una semana, luego entraremos secretamente en Alepo, los dominios del mismísimo EA-TESHUB.

-¿Estás seguro que SESOSTRIS está detrás de esa revuelta?

-¡Claro! Solo un tonto como él se metería en un asunto de estos, fíjate: Organizar una revolución popular él solo, armando a un grupo de campesinos que encima no saben pelear, arriesgando el cuello de esa manera. Todo lleva la marca del egipcio loco ese. Los Dioses me fulminen con un rayo ya mismo  si no estoy en lo cierto.

-Parece una idea noble la suya, y tú le desacreditas, HATTUSILLI: ¿Porque iríamos entonces a buscarle, piensas ayudarle?

-¡Por supuesto que sí! Solo me imagino que no obtendremos nada de esto, incluso puede que nos cuelguen, con suerte solo y tal vez solo deshacernos de la escoria de EA-TESHUB y de toda su jauría. Pero: ¿Porque hablas en plural?

-Iré contigo y no acepto un “no “como respuesta. Eso sería suficiente para mí: Golpear a los malos, ayudar a los buenos.

-Me lo imaginaba: Ustedes dos se llevarían a la perfección.

103    CAMINO A FENICIA
Por Karlos Dearma.

Dejamos Egipto detrás de nosotros. Solo un mediodía después se pierde de vista la frondosa línea del delta y algo parecido a la nostalgia me acompaña, tal vez pase un tiempo antes de poder regresar; la nave se nueve lentamente rompiendo las olas del Gran Mar Superior y los cananeos cantan de la manera acostumbrada: “Alguien me ha dicho que eres una mujer solitaria, Alguien me ha dicho que suspiras por los marinos que surcan el ancho mar, ¿Habrá un espacio en tu corazón solitario como para mí?”

Me mantengo alerta observando el horizonte. IB parece ser un comandante probado, da órdenes a diestra y siniestra, los marinos le responden sin chistar. 

Enfilamos en dirección al noreste sin alejarnos demasiado de la costa, esta es una buena época del año para la navegación, sin demasiadas tormentas. De todas formas y aun con el mar tranquilo estamos algo mareados. KHUFU no parece disfrutar demasiado de la experiencia:

-No imaginaba que esto podía ser así. Prefiero los arenales del desierto a las olas del mar.

-Bien KHUFU, no quiero asustarte pero esto es casi nada: ¿No es así, IB?

-SETI está en lo cierto muchacho, deberás acostumbrarte al balanceo del barco, y no es el único peligro que nos acecha.

-¿A qué te refieres?

-¿Ves aquellos nubarrones de color púrpura y violáceo allí, hacia el Este, esas nubes inmensas de formas circulares y bordes negros amenazantes?

-Si les veo. ¿Qué sucede con ellas?

-No me gustan para nada. Tal vez sea mejor regresar.

-¡Deja de asustar al muchacho, IB!

-Ja ja. Está bien SETI. No es nada, el viento está a nuestro favor KHUFU, la tormenta se aleja de nosotros. No espero encontrar ningún contratiempo desde ahora, en unos días habremos llegado a Fenicia.

-¡Ningún contratiempo! ¿Y porque nos has contratado? Debe haber algo más: ¿Acaso me equivoco?

IB frunce el ceño, pensativo, se toma su tiempo para responder:

-No te equivocas: Piratas. Si, son los Ahhiyawa, algunos de esos granujas navegan estas aguas asaltando mercantes y robando la carga, cuando no, buscando refugio en las islas. Matan a los tripulantes o los venden como esclavos en el país de los Argivos. Tienen un rey poderoso. Los reyes de Tiro y Ugarit se han debido unir para enfrentarles: les han vencido en varias oportunidades, pero aun así vuelven una y otra vez.

-Una plaga difícil de erradicar.

-Así parece muchacho. Por eso les traje, a ustedes y a los otros guerreros. Espero no tener que enfrentarles: Llevamos mucha carga y nuestro barco es por ello más lento. No podríamos huir.

-Y es entonces cuando nos necesitarías.

IB asiente con la cabeza y vuelve con los marineros. Los tripulantes cananeos siguen con sus tareas, unos pocos pasan el tiempo pescando, veo a uno de ellos lanzar una risotada de satisfacción: Ha obtenido un lindo pez y, al parecer, ha ganado algún tipo de apuesta. 

Los otros le observan con cara de frustración, han perdido y le deberán pagar unas monedas. Buscaré un lugar fresco para dormir una siesta, esta noche me toca la guardia.  La brisa marina está a nuestro favor.

continuará ...