102 RUMBO AL SUR
Por Karlos Dearma.
-Marcharemos
al sur MUWATALLIS, tal vez atravesemos Kizzuwadna en una semana, luego
entraremos secretamente en Alepo, los dominios del mismísimo EA-TESHUB.
-¿Estás
seguro que SESOSTRIS está detrás de esa revuelta?
-¡Claro! Solo
un tonto como él se metería en un asunto de estos, fíjate: Organizar una
revolución popular él solo, armando a un grupo de campesinos que encima no
saben pelear, arriesgando el cuello de esa manera. Todo lleva la marca del
egipcio loco ese. Los Dioses me fulminen con un rayo ya mismo si no estoy en lo cierto.
-Parece una
idea noble la suya, y tú le desacreditas, HATTUSILLI: ¿Porque iríamos entonces
a buscarle, piensas ayudarle?
-¡Por
supuesto que sí! Solo me imagino que no obtendremos nada de esto, incluso puede
que nos cuelguen, con suerte solo y tal vez solo deshacernos de la escoria de
EA-TESHUB y de toda su jauría. Pero: ¿Porque hablas en plural?
-Iré contigo
y no acepto un “no “como respuesta. Eso sería suficiente para mí: Golpear a los
malos, ayudar a los buenos.
-Me lo
imaginaba: Ustedes dos se llevarían a la perfección.
103 CAMINO A FENICIA
Por Karlos Dearma.
Dejamos
Egipto detrás de nosotros. Solo un mediodía después se pierde de vista la
frondosa línea del delta y algo parecido a la nostalgia me acompaña, tal vez
pase un tiempo antes de poder regresar; la nave se nueve lentamente rompiendo
las olas del Gran Mar Superior y los cananeos cantan de la manera acostumbrada:
“Alguien me ha dicho que eres una mujer solitaria, Alguien me ha dicho que
suspiras por los marinos que surcan el ancho mar, ¿Habrá un espacio en tu
corazón solitario como para mí?”.
Me mantengo alerta observando el
horizonte. IB parece ser un comandante probado, da órdenes a diestra y
siniestra, los marinos le responden sin chistar.
Enfilamos en dirección al noreste
sin alejarnos demasiado de la costa, esta es una buena época del año para la
navegación, sin demasiadas tormentas. De todas formas y aun con el mar
tranquilo estamos algo mareados. KHUFU no parece disfrutar demasiado de la
experiencia:
-No
imaginaba que esto podía ser así. Prefiero los arenales del desierto a las olas
del mar.
-Bien KHUFU,
no quiero asustarte pero esto es casi nada: ¿No es así, IB?
-SETI está
en lo cierto muchacho, deberás acostumbrarte al balanceo del barco, y no es el
único peligro que nos acecha.
-¿A qué te
refieres?
-¿Ves
aquellos nubarrones de color púrpura y violáceo allí, hacia el Este, esas nubes
inmensas de formas circulares y bordes negros amenazantes?
-Si les veo.
¿Qué sucede con ellas?
-No me
gustan para nada. Tal vez sea mejor regresar.
-¡Deja de
asustar al muchacho, IB!
-Ja ja. Está
bien SETI. No es nada, el viento está a nuestro favor KHUFU, la tormenta se
aleja de nosotros. No espero encontrar ningún contratiempo desde ahora, en unos
días habremos llegado a Fenicia.
-¡Ningún
contratiempo! ¿Y porque nos has contratado? Debe haber algo más: ¿Acaso me
equivoco?
IB frunce el
ceño, pensativo, se toma su tiempo para responder:
-No te
equivocas: Piratas. Si, son los Ahhiyawa, algunos de esos granujas navegan
estas aguas asaltando mercantes y robando la carga, cuando no, buscando refugio
en las islas. Matan a los tripulantes o los venden como esclavos en el país de
los Argivos. Tienen un rey poderoso. Los reyes de Tiro y Ugarit se han debido
unir para enfrentarles: les han vencido en varias oportunidades, pero aun así
vuelven una y otra vez.
-Una plaga
difícil de erradicar.
-Así parece
muchacho. Por eso les traje, a ustedes y a los otros guerreros. Espero no tener
que enfrentarles: Llevamos mucha carga y nuestro barco es por ello más lento.
No podríamos huir.
-Y es
entonces cuando nos necesitarías.
IB asiente
con la cabeza y vuelve con los marineros. Los tripulantes cananeos siguen con
sus tareas, unos pocos pasan el tiempo pescando, veo a uno de ellos lanzar una
risotada de satisfacción: Ha obtenido un lindo pez y, al parecer, ha ganado
algún tipo de apuesta.
Los otros le observan con cara de frustración, han
perdido y le deberán pagar unas monedas. Buscaré un lugar fresco para dormir
una siesta, esta noche me toca la guardia.
La brisa marina está a nuestro favor.
continuará ...
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