74 SETI, ACORRALADO POR LA SUERTE
Por Karlos Dearma.
Puedo ver el
Nilo a lo lejos, serpenteando en la planicie, transcurriendo en dirección al
norte. El calor nos mantiene adormecidos, lentos en nuestros movimientos,
ansiando un lecho fresco. Pero no es posible descansar, necesitamos ponernos a
salvo primero, tomar distancia de nuestras perseguidoras. O seremos las presas.
Envié a los
soldados liberados con su capitán hacia el Oeste: Supongo que ya habrán
alcanzado el río. Solo AMUN me acompaña. Puedo dominar la llanura a nuestras
espaldas, no hay señales de las NAGA. Esto no me gusta, demasiado fácil.
-Espero alcancemos el río pronto: No veo la
hora de llegar a Tebas. Nos hospedaremos en casa de mi amigo AMENHOTEP.
-¿El
escriba?
-El mismo, y
tomaremos la cerveza de USI.
-¡Los Dioses
te oigan! ¡Llegare nadando si es necesario!
-¡Ja!, estoy
seguro de ello.
-Dime SETI:
¿No te parece extraño que hayamos despistado tan fácil a las NAGA?
-Sí, pero
mejor no lo digas: No hay que traicionar a la suerte.
Apuramos el
trote para poder llegar al río más rápido. Debemos buscar una barca que nos
lleve hacia el norte. Hay algunas aldeas de pescadores en esta región, las
dejamos atrás en nuestro camino a Nubia. Tal vez algún comerciante acepte unas
piezas de oro de unos pasajeros ansiosos, por dejar este país.
Bajamos una
barranca y pisamos la arena blanca y ardiente. El Nilo irradia frescura y
mantiene su andar sereno, sin percatarse de nuestra presencia. Sin embargo hay
algo en el paisaje delante de nosotros que me cambia el humor y es precisamente
aquello que altera los planes de cualquiera, y no de la mejor manera:
Descansando del Sol bajo un grupo de árboles, las cuatro guerreras NAGA nos
cortan el paso:
-¡Vaya
sorpresa SETI! Nos han alcanzado y no tienen un rostro muy amigable.
-¿Que
esperabas? ¿Un grupo de bailarinas dándonos la bienvenida?
-Bueno, ¡No!.
Tal vez algo más simpático que esto.
Una de las
NAGA se incorpora, sonriente, confiada. El resto parece imitarla. Será mejor
acortar algo de distancia para mantener un dialogo: No espero poder escapar de
ellas corriendo. Tampoco negociar. Por lo menos conocer mínimamente a nuestras
perseguidoras.
Tal vez en
unos instantes estemos matándonos mutuamente.
-Saludos.
Debo deciros que sois muy buenas rastreadoras. Su reina puede estar más que
satisfecha con vosotras.
-¿Acaso
tratas de endulzarnos los oídos para negociar? Porque si ese es el caso debo
decirte que estas equivocado. Te llevaré con NAGA por las buenas o por las
malas.
-¿Me quiere
vivo? Me halaga.
-No creo que
te sientas halagado cuando NAGA te ponga las manos encima.
-No estuvo
tan mal la primera vez. Sera mejor acortar esta charla entonces. No es bueno
estar cuatro contra uno pero estoy dispuesto a dar lucha. Deja a mi amigo
partir: No es a él a quien buscas.
-Te
equivocas: Tengo algo que arreglar con ese pequeño insolente. Luego de acabar
contigo.
-Eso no te
será fácil así que comencemos de una vez.
Distraído en
la conversación no había advertido que un grupo de guerreros nos estaba
cercando. Somos ahora observados por una veintena de soldados meroítas. ¿De
dónde salieron? No importa: Estamos rodeados. Tengo la impresión que las NAGA
también han sido sorprendidas. Uno de ellos, el que parece su jefe, se
adelanta:
-Vengo por
ti, SETI. Me han hablado de tus hazañas egipcio. Mi nombre es SEBIOMEKAR.
-¡Al fin te
manifiestas! Debo deciros que últimamente eres difícil de hallar. No puedo
decir que sea un gusto conocerte SEBIOMEKAR.
-Si quieres
al egipcio ponte en la fila, nos costó mucho hallarle y nuestra reina también
lo quiere.-La amazona no parece dispuesta a cederme, es una escena simpática
aunque no puedo predecir hasta donde llegará esto.
-Sera mejor
que te hagas a un lado, LEONA, nadie me quitará a SETI.
-¿Eso es lo
que crees? ¿Quisiera saber cómo piensas lograrlo?
En lo que
parece una pequeña fracción de tiempo, y luego de una señal que les hace SEBIOMEKAR,
los arqueros meroítas le disparan a LEONA que cae acribillada de flechas. Las
otras guerreras gritan, trato de protegerme con mi escudo. AMUN me imita. Una
avalancha de guerreros meroítas nos cae encima.
Golpeamos a algunos de ellos,
caen. Ponemos nuestras espaldas con el Nilo detrás. Son demasiados. Las NAGA
combaten con fiereza: No sé si será suficiente. Retrocedemos. Ahora las NAGA
hacen un círculo de escudos incluyéndonos, somos aliados temporales, repartimos
golpes de espada:
-Escuchen
NAGA podemos unir fuerzas: ¡Debemos cubrirnos en ese bosquecillo!
-Está bien.
LUNA, GACELA: ¡Vamos!
-¡PANTERA,
han herido a GACELA!-Atravesada por una saeta, la joven cae sin sentido, la
rodeamos cubriéndola. Está muy mal herida.
Debemos hacer algo:
-¡Alto SEBIOMEKAR!
Es a mí a quien quieres. Detén a tus hombres y hablaremos.
continuará ...
Inagotable tu maginación, Carlos, tanto como ahora mi curiosidad por conocer la continuación.
ResponderEliminarQué extraños aliados hace a veces el destino: en un momento estás dispuesto a matar a alguien por tu vida y al segundo siguiente estás tratando de protegerle, convertidos en compañeros de fatigas. Muy interesante y ameno!!
Un abrazo,que tengas feliz martes!!
Gracias amiga, me alegra que te guste. Y tienes razón puede pasar: Me gustaba la idea de amigos-enemigos que se necesitan mutuamente por lo menos en esa situación limite. Abrazos, feliz semana!!!
ResponderEliminarLas Nagas queriendo agarrar a Seti, "como lo adoran" je,je,je. Sigue la emoción y la acción en esta historia.
ResponderEliminarFeliz martes Carlos.
Seti debe tener glamour je je, Sigue la acción amiga, como prometí. Abrazos.
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