El Amor… ese perro del infierno III
Por Karlos Dearma.
Los golpes
en la parte trasera del Chevrolet sobresaltaron a ambos. Callahan creyó oír en
ellos el reventón de un neumático pero pronto cayo en la cuenta de que no era
así. Los golpes parecían provenir del maletero. Observo a la viuda Langsner y
esta le devolvió una mirada de fastidio.
-¿Qué fue
eso?-Interrogó a la rubia que aspiro profundo y sin dejar de prestar atención a
la carretera, soltó un resoplido de hastío.
-Ha de ser
Rebeca. Le di un golpe en la cabeza y la encerré allí detrás. La sorprendí
saliendo de la casa en donde estabas cautivo. Pensé que me podía ser útil en
algún momento.
-Detén el
auto.-la rubia no parecía contenta pero obedeció sin chistar, disminuyendo la
velocidad para luego detenerse en una cuneta de la autovía.-
Ringo descendió
del auto con dificultad. Aun le dolía todo el cuerpo. Rengueando, camino hacia
la parte trasera del carro, se agacho, tomo la manija del maletero tirando de
ella y abriendo el cofre del baúl. Dentro, Rebeca entreabrió los ojos y lo miro
con odio.
Intento gritarle algo pero apenas si pudo. Callahan sonrío con
malicia. La Meyers estaba atada y amordazada y muy poco podía decir que se le
entendiera. Richard se apiado levemente y le soltó la media de mujer que le
tapaba la boca. Rebeca grito enfurecida:
-¡Malditos!,
tú y la puta esa que me encerró aquí. Disfrutaré viendo como los hombres de
Nolan acaban con los dos.
-Walter Nolan
está bien muerto. Así que lo veo bastante difícil. Al menos no ahora.
-¡Bastardo!
Te haré matar. Mi hermano Auggie no dejará pasar esto. Ya lo verás.
Richard
Callahan quedo pensativo. Volvía a escuchar ese infame nombre después de mucho
tiempo. Ahora sabía quién más estaba detrás de todo el asunto. Auguste “Auggie”
Meyers tenía un prontuario abultado como tratante de blancas, pistolero y otras
bajezas más, y él mismo lo había enviado a la cárcel, de la que salió muy
rápido gracias a sus “contactos”; pero nunca había llegado a hacer una
asociación entre él y Rebeca.
La venganza que casi logro enviarlo al sepulcro
tenía un nuevo protagonista. Auggie era el jefe de una banda de traficantes y
contrabandistas aliados a los negocios sucios de Nolan. Su base de operaciones
estaba en Tulsa (Oklahoma), en donde el alcalde, el juez y la policía le
cobijaban.
¿Cuántos más estaban metidos? ¿Qué rol jugaban sus “compañeros”
policías en esto? Ringo pensó en que debía moverse rápido y no confiar en
nadie.
Volvió a
amordazar a Rebeca que protesto sin conmover al detective, cerró el cofre y
subió al auto. La morena comenzó de nuevo con las patadas en la tapa del cofre
pero a Callahan lo tuvo sin cuidado. La viuda Langsner, que había escuchado la
conversación, encendió el carro y se puso en marcha. Ringo en tono severo le
pidió el arma.
-¿Cuántas
balas tienes?
-Las que
lleva puestas el tambor.
Richard saco
el seguro del cilindro, lo desplegó y contó solo cinco proyectiles en su
interior. No eran suficientes. Pensó: “No hay caso con las mujeres, puedes
encontrar casi cualquier cosa dentro de una cartera femenina menos una ronda
extra de balas calibre 38.”
Pero el detective no era de aquellos que se
amilanaban rápidamente.
Necesitaría muchas más municiones y armas para
liquidar a las bandas de Nolan y Meyers juntas. Y se le ocurrió que alguien más
podría proporcionárselas: El alemán Bukowski.
continuará ...
Un nuevo personaje entra en juego. Me dejas siempre con ganas de más. Un hombre entre dos mujeres, una rubia y una morena. Y unas bandas que extinguir. Genial, esperaremos próximo capitulo. Un abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo Maria y gracias por compartir.
EliminarAhora entra en escena Bukowski, es cierto que en la cartera de una mujer uno encuentra de todo jejeje. Las intrigas continúan en esta historia.
ResponderEliminarSaludos Carlos.
Casi cualquier cosa je je, besin.
EliminarCallahan no está "solo ante el peligro" tiene una rubia al volante y una rehén en el maletero, más necesitará muchas balas y astucia para la guerra que se le viene encima. Gran capítulo, Carlos.
ResponderEliminarAbrazo, compañero.
No hay duda de que en tu relato no hay lugar para personajes buenos y dóciles, mucho menos si son mujeres. Gran elenco de malhechores a los que Ringo tendrá que ajustar las cuentas!! Veremos si sale bien parado...
ResponderEliminarBuen capítulo, Carlos!! :)
Besos y feliz domingo.