Seguidores del BLoG

viernes, 12 de mayo de 2017

SETI, EL EGIPCIO /// CAPITULO 146


146  NYLA, LEJOS EN HATTUSAS (NYLA)
Por Karlos Dearma.

Esta casi todo listo. La reina madre, HANNA y la princesa ARINNA vienen a despedirme. Al fin volveré a Egipto. Hemos llegado a ser amigas y es por su ayuda que conseguí lo que quería y necesitaba: Un tratado de paz y un pequeño grupo expedicionario. Me he sentido casi como en mi casa durante mi estancia en Hatti; y fue gracias a ellas. Hasta he logrado aprender bastante de la lengua dura de los montañeses de Hatti.

Egipto necesita guerreros; las noticias de Nubia y las misivas de mi hermano BEBTI son alarmantes. MURSHILLIS se ha comportado bien. Muy a su pesar ha debido firmar un tratado garantizando la independencia de Arzawa. Y se ha librado de una guerra.

Ahora me ha prestado mil guerreros hititas. Tal vez esto no caiga bien entre los egipcios pero espero lo comprendan. Creo que tampoco ha caído bien entre los heteos: Algunos de sus jefes deseaban continuar la guerra contra LUWIYA. 

Pero no pueden quejarse: Tendrán otra pronto, en Egipto, y contra NAGA.

SENUSRET de Kerma ha operado bien. Es un embajador probado. Nadie mejor que él para conseguir lo que hemos conseguido. Es un hombre valioso y bueno. También viene a despedirse.

No hemos sabido nada cierto acerca de MUWATALLLIS. Se rumorea que está vivo. Tal vez fugado en Kizzuwadna. O Mittani, o tal vez en la tierra de los dos ríos. Su vida corre peligro. La corte aún sigue inquieta: El joven príncipe prófugo es una amenaza para sus planes. El pueblo recela de su nuevo rey. No todo está dicho.

El grueso de la tropa ha partido hace diez días. Deberemos alcanzarles. Una escolta me servirá, junto con el general PUSARRUMAS. Es un viejo bastante alocado, pero es un hombre bueno. He llegado a conocerle algo y nos llevaremos bien. Seré la segunda al mando, ni más ni menos.  Costo convencer al rey, pero terminó por aceptarlo. Ambos sabemos que una alianza conviene a los dos pueblos. 

Me siento más que bien; doy una carrera y salto sobre el lomo de mi caballo. Ocurrencia que divierte a mis amigas, y  a varios de los presentes. Tomo las riendas y hago girar a mi cabalgadura en dirección a ellas para despedirme. Nos ponemos en marcha. En la cima de la muralla, en palacio, puedo ver al rey, que me observa con mirada seria. Levanto mi brazo para saludarlo. Me responde con una ligera inclinación de cabeza.

Luego apuro a mi montura y trotamos juntos, y, atravesando la puerta de los leones, me lanzo en dirección a la meseta. Algo parecido a la felicidad vuelve a invadir todo mi cuerpo.  Los jinetes de la escolta hacen un esfuerzo por seguirme el paso. Algunas decenas de campesinos, vestidos en un blanco inmaculado, trabajan los campos brillantes de cereal. En la lejanía, las grises montañas de Hatti nos contemplan con eterna solemnidad. Un sol fogoso se despereza en lo alto de la mañana avanzada. 

Cuando nos hemos alejado algo me detengo, y vuelvo a girar para observar la ciudad. HATTUSAS me devuelve toda su magnificencia. SENUSRET alza su mano para saludarme. Le devuelvo el saludo y sigo mi camino en dirección a Egipto.

continuará ...