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miércoles, 16 de diciembre de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capítulo 130




130 JEZEBEL
Por Karlos Dearma.

Doy vueltas en el lecho durmiendo por momentos, sin lograr descansar, despertando y volviendo a dormir. Tal vez sea el calor atrapado en las estancias o la emoción del momento, o ambas cosas.

Aquella muchacha que me quitó el sueño en mi juventud vuelve a hacerlo ahora, hecha una mujer, veinte años después. JEZEBEL aun duerme, la observó desnuda junto a mí: Su rostro sigue siendo bello pero ahora está marcado por los años y su larga cabellera ha comenzado a vestir hilos de color plata, no obstante sigue siendo joven, ambos lo somos.

El resto es como lo recordaba: La sonrisa alegre y la bondad de corazón, la intuición y el coraje, la inteligencia y la belleza.

JEZEBEL se casó con un noble comerciante y ambos rigieron la ciudad por casi dos décadas. Lograron mantener la prosperidad de Ebla. Luego enviudó y gobernó en soledad pero con dureza y justicia, según mi amigo IB.

Comanda a su propio ejército y ha luchado en combate como una guerrera más. No conozco a nadie como ella, solo tal vez de manera parcial a su antítesis y por ello no se le parece: Si, ahora les hablo de la reina NAGA.

Decido levantarme. No quiero que piensen en lo poco romántico que SETI puede ser pero necesito tomar un poco de aire. Salgo a la terraza envuelto en cobijas y veo la bóveda celeste cubierta aún de estrellas.

La entera ciudad duerme, su visión me es matizada por luces y sombras. El silencio solo se ve interrumpido por el bramido de los árboles movidos por el viento. El fresco de la noche me despabila un poco y aclara poco más mis pensamientos.

Observo el paisaje. Más allá veo a dos centinelas conversando, despreocupados, ninguno se percata de mi presencia. Las antorchas en palacio parecen jugar con la brisa de la noche.

En la oscuridad una gran serpiente parece escabullirse por entre las colinas: Es el camino que corre hacia Alepo. El destino me arrastra hacia allí. Vuelven los recuerdos de mi amigo UTNAPISHTIM y de su asesino EA-TESHUB. Quiero mi venganza. Iré a por ella.

La paz de la noche no logra quitarme de mis cavilaciones. Intuyo que soy observado, no estoy equivocado: Es JEZEBEL que se levantó del lecho y me ha seguido hasta aquí.

-¿Acaso no puedes dormir guerrero?

-No, debe ser el calor.

-¿Solo eso?

-¿Eres capaz de leer en mis pensamientos?

-Hace mucho tiempo que no nos vemos, pero conozco esa mirada porque no es la primera vez que la veo: No has cambiado tanto, SETI. Estás aquí presente pero tú cabeza está más allá, lo sé. ¿Tiene que ver conmigo? ¿O se trata de Alepo?

Son ambas. Es cierto que me conoce. No espera una respuesta o quizás la conozca. Me abraza por detrás y doy la vuelta para besarla. Nos quedamos juntos observando las estrellas.

continuará ... 

miércoles, 9 de diciembre de 2015

VILLANO NÚMERO UNO


Villano número uno
Por Karlos Dearma.

Sentado en su trono de hierro, el jefe parecía triste. La empresa funcionaba cada vez mejor pero un dejo de insatisfacción le invadía, como si todo lo logrado no fuera suficiente. Es lo que sucede cuando se lo quiere todo; un poco menos que eso ya es motivo de abatimiento. 

En aquel preciso momento disparó una frase, con voz grave y gastada, que sonó fuerte en aquella estancia lúgubre y pestilente, y que hizo a sus colaboradores mirarse entre sí, consternados.

-Mi casa es un pozo triste.

Ojos bien abiertos, sorprendidos, de seres que buscaban dar una explicación a la evidente depresión de su eterno líder, dieron paso luego a la más grande desazón.  

Una pregunta que nadie se atrevió a formular podía leerse en las caras de todos: ¿Y ahora, qué?

 Le observaron. Rasco la superficie del apoya brazos pensativo, su mirada parecía perdida en la distancia. El sitial en el que estaba sentado le molestaba. Ni siquiera el dolor de los otros era suficiente como para mitigar el propio.

Por primera vez considero su trabajo demasiado para él. Le cruzo por la mente la idea del retiro, anticipado y en su mejor momento, para dedicarse a otras cosas. Ahora que se hallaba en la cúspide de su poder nadie podría decir que había fracasado.  Era una salida lógica.

Miró a su escribiente y le ordenó tomar nota:

-Mis queridos compañeros y subalternos: Ha llegado la hora de mi jubilación. Sé que la noticia quizás sorprenda a muchos pero considero este momento como el más indicado: Después de todo ya he dado todo de mí y ninguno de ustedes, espero, debería sentirse defraudado.

Mientras hacía una pausa, como para pensar la manera de continuar con la misiva, aunque también para intuir posibles reacciones, un grupo de aduladores lanzó al unísono un gran suspiro complaciente y luego de ello vinieron los indulgentes aplausos.

No había motivo de contradicción, hasta allí.
Los miro como esperando un silencio para poder continuar; todos entendieron.

-Es por ello que dimito con la satisfacción del deber cumplido y la convicción de haber alcanzado lo que me propuse cuando comencé. Gracias a todos los hermanos por lo dado. Es el momento de partir. Desde ahora me dedicaré a la poesía.

Al principio nadie podía creerlo, luego los estupefactos reaccionaron. El público infernal entonces se dividió ante la noticia: Los había abrumados y turbados, indignados y entristecidos, aturdidos y espantados, enfurecidos y acongojados. Eso sí: Todos asombrados. La pregunta general era: ¿Cómo podía ser?

Nadie esperaba tal cambio en el infierno. El maligno tomando ese extraño derrotero, que parecía imposible en él. El diablo continúo dictando:

-Viajaré por el mundo siguiendo el camino de los malditos, visionarios, surrealistas y beatniks. Me haré hermano de las metáforas y señor de los versos, me dejaré llevar por las rimas. Los extrañaré.

Al día siguiente los principales diarios se hicieron eco de la novedad, los más condescendientes titularon: ¡Lucifer deja su trabajo para ser poeta!, ¡El execrable abandona el liderazgo infernal por la poesía!

 Los más conservadores apostrofaron: ¡Conmoción mundial: El demonio se hará escritor!, ¡Las letras condenadas: Satanás se dedicará a los versos!, los más crueles: ¡Dios salve a la poesía!

Una carta le llegó desde el lugar menos esperado. La breve nota decía lo siguiente:

-Señor del Averno: He leído por ahí que deja su trabajo. Con pesar me resigno a creer en la veracidad de la noticia. Sin ánimo de ofender, le deseo buena suerte: Es más fácil hacer el mal que escribir un buen verso. Saluda a usted atte. GOD.

Al diablo no le gusto. 


Este relato participo del concurso "Villanos extraordinarios" organizado por "El Circulo de Escritores".