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viernes, 30 de enero de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capitulo 41


41 THERA
Por Karlos Dearma.

Beersheva es una ciudad mugrienta y aterrada. No he visto nada peor entre Babilonia y Hatti. Y me falta conocer el Egipto. Este lugar junta todo lo malo. 

Otro nido de chapuceros: Artesanos y Vendedores te persiguen por las calles con su “mejor y más barata” mercadería. Pequeñas bandas de ladronzuelos intentan aprovecharse de cualquier distracción; debo echarlos a patadas y sablazos: Nadie se mete con una escita armada y me cuido de enseñarles muy bien la lección.

Y sobre todo la apestosa presencia de los soldados de SALMANASAR: Seguramente lo ha empeorado todo, como todo lo que toca ese rufián. Dejo  a sus tropas pastando en la ciudad y la han tomado como suya. La gente honrada vive aterrorizada. Triste panorama.

 Solo estoy aquí porque mi padre decidió aliarse a ese tahúr. Debería convencerse de una buena vez de su error. Pero por ahora me interesa solo una cosa: Encontrar a DUMUZI.

No entiendo que pudo haberle sucedido, temo lo peor: Que este muerto.

Camino hacia el mercado de SALEM en compañía de LOT un mercenario de DUMUZI. Parece preocupado por su jefe, igual que yo aunque seguramente por diferentes motivos. Eso nos hace aliados. No me importa que haya elegido el lado equivocado de la guerra, conozco a DUMUZI y no se parece a su jefe actual, tendrá tiempo de arrepentirse. LOT interroga a un lugareño, nos señala el camino al bazar. Estamos cerca.

-Dime LOT. ¿Hace mucho que sirves con DUMUZI?
-Un tiempo.
-¿Sabes si tiene algún enemigo?
-¿Enemigos? Muchos. No es un tipo muy simpático, especialmente con aquellos que intentan abusar de los débiles.
 -Hay demasiados de esos por aquí.
-Sí. Especialmente en este ejército. No ha permitido que nadie a su mando participe del pillaje, ni que abusen de las poblaciones.
-¿Crees que encontremos algo por aquí?

-No lo sé. Tal vez no. Quiero intentarlo.
Llegamos a la entrada del bazar. Unos niños detienen sus juegos y me observan hipnotizados. Dejare mi modestia de lado. Quizás no sea malo aprovechar mis encantos para obtener algo de información.
-Ey chicos ¿Cómo estáis? estoy buscando a un amigo, quizás le hayan visto por aquí.-Me recibe un silencio asustadizo. Los he sorprendido, no esperaban que les hable. Finalmente uno de ellos me responde:

-¿Cómo te llamas?
-THERA.
-¿Y porque llevas armas?
-Soy guerrera.-Mi respuesta los aturde y sorprende. Una niña me interroga:

-Las mujeres de aquí no llevan armas.
-Pero si las llevan entre mi tribu. Soy Escita.-Algunos se quedan boquiabiertos con mi respuesta. Intento aprovechar el momento.

-Necesito saber que sucedió con mi amigo, tal vez puedan ayudarme.-Les hago la descripción más fiel que puedo de DUMUZI. Sus caras cambian, algunos se marchan, todos están asustados.
-¿Qué sucede críos? No voy a hacerles nada malo. Solo quiero saber si estuvo por aquí.-Finalmente la misma niña responde.

-No queremos meternos en problemas
-¿Por qué habrías de meteros en un lio?-El silencio vuelve a rodearme.-Guardare el secreto por vosotros, no le diré a nadie que hablamos.-Por un instante la duda los envuelve, finalmente la conspiración de silencio cede:

-Hace unas semanas atrás, alguien parecido tuvo una pelea aquí. Enfrento a un grupo de soldados, muchos más que él, se defendió bien pero lo atraparon… y se lo llevaron.
-¿Estaba vivo?
-Sí, creo que si.-LOT interviene:

-¿Sabéis de que nacionalidad eran los soldados?
-Elamitas.
-¿Notaron algo más? ¿Había alguien que los mandaba?
-El que los mandaba tenía una gran cicatriz en la cara. Pero él no estuvo en la pelea.-LOT vuelve a hablar:

-Gracias niños. Su historia estará segura con nosotros. Este es un obsequio para ustedes pero no peléis por el: Compartidle.-Les regala unas monedas. LOT me mira y nos alejamos un poco del grupo de niños para hablar:

-Si los mercenarios eran elamitas y el que los mandaba tenía una cicatriz en la cara, no puede ser otro que ZIGGUR.
-¿Debemos temer por la vida de DUMUZI?
-Sí. Debemos movernos rápido.
-Volvamos entonces con mis hermanas, seguramente a ZIMRI-LIN le interesara esto. 

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CINEMA


Cinema
Por Karlos Dearma.

“Si tienes pensado tocarme el culo, no empieces lo que no puedes acabar”: la marquesina brillaba en la noche del otro lado de la calle. La observo por unos segundos preguntándose si la película sería buena, luego giro buscando un lugar en donde sentarse un rato a esperar que amaine un poco el temporal, llovía a cantaros y era temprano. Pensó: “¿A quién más se le ocurre salir solo una noche así, sin un plan? Soy un tonto.” Se consoló con que era sábado. Nadie había respondido de manera positiva a sus llamadas; todos sus amigos tenían algo que hacer esa noche, parecía difícil de creer o entender pero a veces es muy fácil estar solo en el mundo.

Entro al bar de la mitad de la cuadra, se sentó en una mesa que daba a la calle y dejo el paraguas a un lado; pidió un whisky; pago y lo tomo solo, con su mal genio. Miro hacia la vereda de enfrente: Unas personas corrían hacia la puerta del cine, escapando de los baldazos de agua que caían del cielo. 

Encendió un cigarrillo. En el bar eran unos pocos. El barman que hacía las veces de mozo, una pareja que conversaba animadamente, un borracho dormido con una botella de whisky vacía sobre la mesa, cuatro tipos jugando al billar, una mujer sola que le sostuvo la mirada. 

Tendría unos cuarenta años o quizás un poco más. Llevaba un vestido negro apretado, cabellos teñidos de rubio y abundante maquillaje. Sonrío para él, abrió su cartera y saco un paquete de cigarrillos. Tomo uno con sus labios, lo encendió de manera muy sensual y aspiro.  Luego lanzo el humo hacia arriba acompañándolo con la mirada, la bajo para volver a sonreírle. Pensó, “Quizás no sea tan mala mi noche”.

Fue hasta su mesa, saludo y lo invitaron a sentarse. Cambiaron algunas palabras, tomaron otro trago, combinaron el precio y luego se levantaron. El barman observo la escena y siguió en lo suyo, a nadie más en el bar le intereso lo que sucedió después. 

Salieron juntos, cruzaron la calle abrazados debajo del paraguas y enfilaron hacia la ventanilla; pagaron y entraron al cine. 

Nota: Este microrrelato participó del concurso FRASELETREANDO de la comunidad "Almas de bibliotecas y cines".
"La frase de la consigna es “Si tienes pensado tocarme el culo, no empieces lo que no puedes acabar” de la serie televisiva “HOUSE MD” protagonizada por Hugh Laurie.

jueves, 29 de enero de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capitulo 40


40   ZIMRI-LIN  Y  LAS ESCITAS
Mi jefe lleva desaparecido dos semanas. Sus hombres están más que nerviosos, incluyéndome. No puedo entender que sucedió aunque puedo decir que su sentido del honor le ha granjeado muchos enemigos. Tal vez esté muerto. 

SALMANASAR no deja de preguntarme por DUMUZI. Ahora mismo voy a hablar con él. Resulta difícil explicar cómo pudo desaparecer así: Nadie lo vio, nadie parece saber nada.  Hemos recorrido casi toda la ciudad buscando alguna pista, no la hemos hallado aun.  LOT uno de los mercenarios hebreos me acompaña.

-Existe una parte de la ciudad a la cual no hemos acudido aun ZIMRI-LIN. Es el bazar de SALEM. Esta alejado de las posadas y tugurios que frecuentaba DUMUZI y es poco probable que averigüemos algo, pero no estaría demás. Quizás debería probar ir por allí.
-Cualquier idea es buena LOT. Podrás ir allí una vez que hablemos con SALMANASAR.

Caminamos por un mercado justo frente al templo, es un espacio abierto. Hay mucha actividad el día de hoy: Músicos ambulantes, acróbatas, luchadores. SALMANASAR se ha cuidado de interrumpir las diversiones que gustan al pueblo.

Atravesamos el gentío sin detenernos. Estoy apurado por llegar con el asirio, SALMANASAR no es un tipo paciente. En eso estamos cuando un trio de mujeres nos corta el paso. No son de por aquí: Su juventud, cabellos rubios y belleza las delatan. Todas están armadas con arcos, también llevan espadas cortas y hachas. Intuyo su origen en las tierras del norte, más allá del Ponto, en Escitia. 

Algunos mercenarios,… y guerreras de esa nacionalidad sirven en nuestro ejército. Llegaron hasta aquí por DUMUZI. Él mismo me lo refirió en una de nuestras conversaciones: Aun no había tenido el placer.

-¡Eh ustedes!, buscamos a un tal ZIMRI-LIN. ¿Le conocéis?-Me sorprenden, pues no me lo esperaba.
-Eso depende: ¿Quiénes sois?
-Vinimos desde Jericó a buscar a DUMUZI de Mari, nuestro jefe nos manda a hablar con él, preguntamos y alguien nos dijo que buscáramos a ZIMRI-LIN.
-Soy ZIMRI-LIN. Y no puedo ayudarles con DUMUZI. Hace días que no sabemos nada de él.

-¿Supongo que volverá en algún momento?
-¿Cómo te llamas?
-Soy ONA, ellas son mis hermanas THERA y KIONA.
-Muy bien ONA. DUMUZI ha desaparecido sin dejar rastro, aun lo buscamos.-Las amazonas se observan entre sí, hay confusión en sus miradas, no hicieron el viaje para esto. Hacen silencio hasta que THERA habla:

-Supongo que ahora eres tú el líder.
-Solo hasta que aparezca mi jefe DUMUZI. ¿En qué puedo servirles, si es que puedo?-ONA vuelve a intervenir.
-Tú no nos sirves en este asunto. SALMANASAR no envió todo el oro prometido a mi padre por sus servicios, DUMUZI nos metió en esto: Necesitábamos averiguar con él que está pasando.

-¿Y quién es tu padre, si es que puedo saberlo?
-IRAH jefe de los escitas, al mando de la guarnición de Jericó.
-Tienes razón cuando dices que no puedo ayudarte. Lo siento. Seguiré buscando a mi jefe. -THERA interviene:

-Nadie desaparece sin dejar rastro.
-Sé que parece extraño que alguien desaparezca en el aire, por ahora pareciera ser así.-THERA no parece conforme y prosigue:

-Conozco a DUMUZI, alguien como él no actúa de esa manera.
-Entonces le conoces bien. Es por eso que tenemos razones para preocuparnos.
-Te ayudaremos a buscarle.

No tengo razones ni ganas de oponerme a estas guerreras. Envío a LOT hacia el bazar de SALEM, ninguna pista debe ser descartada. THERA se ofrece a acompañarle, accedo. ONA quiere hablar personalmente con SALMANASAR, las llevare con el asirio. 

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miércoles, 28 de enero de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capitulo 39


39  APRESADO
Por Karlos Dearma.

Estoy encerrado en una habitación oscura, la cual solo se abre a determinadas horas. Los ruidos inconfundibles de la ciudad han cesado, estoy en el campo. 

Durante los siguientes días las golpizas continúan a diferente ritmo; a veces si, a veces me dan un descanso. Recibo de comer y beber bien, tanto que creo haber ganado más panza. Evidentemente buscan mantenerme con vida. ¿Porque? Ninguno de mis captores me habla, ni responde a mis preguntas. ¿Cuál es su idea? Aun no lo sé. Estoy engrillado y es imposible escapar, por ahora. ¿Quién está detrás de todo esto? Solo me falta confirmar mis sospechas. Estimo que será pronto.

Oigo voces lejanas desde mi encierro. Es el idioma saltarín de los montañeses del Elam. Solo un tipo tiene el poder en esta ciudad para tenerme aquí,… y el odio suficiente. 

Escucho pasos, alguien se acerca. La puerta cede y un par de sombras se cuelan en la habitación. Una ventana que siempre estuvo cerrada finalmente se abre. La luz del Sol me enceguece momentáneamente. 

Entrecierro los ojos y trato de recuperar algo de mi visión, lentamente sucede. Reconozco a una de las sombras: es el hombretón rudo que lideraba a mis captores. Abro y cierro mis ojos para encontrarme cara a cara con el otro: ¡ZIGGUR! Quien otro sino. Todo cierra.

-DUMUZI: Perro acadio, al fin te tengo en mis manos.
-¡Ah ZIGGUR! era fácil suponer que un mal nacido como tu estaría detrás de todo. ¿Qué te sucedió, acaso estabas aburrido de perderte todos los combates?
-Tu sentido del humor desaparecerá cuando sepas cual será el destino lejano que te espera.

-¿No me mataras aun? Por qué si no es así terminare por comerme todas las provisiones del ejército. ¿O acaso planeas matarme de una indigestión?-Recibo un golpe de puño, otro más, poco daño me hace. Hace una pausa tomando aire y continúa hablando:

-Pensé en matarte pero tengo algo peor para ti.
-Cuéntame, hace días que estoy encerrado aquí sin hablar con nadie. Y estaba aburrido.
-Tengo un amigo: EA-TESHUB rey de Alepo, me debe algunos favores.
-No creía que un imbécil como tu pudiera tener amigos.
-¡Je! Eres gracioso. Seré testigo de la muerte de tu sentido del humor. Su cárcel es la peor de Oriente. Nadie escapa de sus catacumbas. Le llaman “El Infierno”. Sus verdugos y torturadores son los más sanguinarios. Te dejare allí y pagare una buena suma de oro para que te mantengan vivo muchos años. Tal vez te visite para verte sufrir.

He oído muchas historias acerca de EA-TESHUB y su reinado de terror. Dicen que mantiene con vida en su cárcel a todos los que se le opusieron,… y sobrevivieron. Y que si existe un infierno es ese lugar.

 Creo que voy a averiguarlo por mi cuenta si es que no logro escapar antes. 

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martes, 27 de enero de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capitulo 38


38     UNA TRAMPA PARA DUMUZI
Por Karlos Dearma.

SALMANASAR me ha llamado, habrá una reunión con todos los jefes. Estoy seguro que mi tiempo de descanso está por terminar. 

Camino por las calles polvorientas de Bersheeva. Algunos mercaderes discuten, no entiendo bien el por qué. Un sacerdote le habla a un público de niños bajo un olivar, todos escuchan con atención. 

Doy vuelta por una calleja angosta, intento acortar mi caminata hacia el campamento, creo recordar que el camino por aquí es más corto. Las casas de dos pisos están muy cerca entre sí. Unas mujeres, en la altura de una ventana, descuelgan la ropa que cruza de lado a lado de la calle. Paso junto a una fuente de agua, al lado de unos hombres que me observan ceñudos.  Parecen mercenarios, posiblemente elamitas, no les doy demasiada importancia. Sigo caminando. Llego a una esquina, aquí no estoy seguro por donde continuar. 

Intento preguntarle a unos niños, asustados corren lejos de mí, no debería extrañarme: Mi aspecto barbado, con espada y todo, es muy poco amigable. Tomo hacia la derecha y continuo  por un callejón angosto. Es un lugar con tiendas de mercaderes a ambos lados. Intento moverme más rápido entre los compradores. Finalmente logro salir del amontonamiento para encontrarme con que el callejón no tiene salida. Definitivamente la ciudad no es un lugar para mí. Deberé volver sobre mis pasos.

Vuelvo para encontrarme con los mismos soldados elamitas que me cierran el paso, no me gusta la forma en que me miran, algunos más les acompañan. No necesito analizar mucho la situación para llegar a una conclusión: Estoy en un aprieto, vienen por mí. No tengo más salida que enfrentarlos. DUMUZI tú y tú manera poco amigable de solucionar las cosas. Decido romper el hielo.

- No traje mi cartera. ¿Qué queréis? -El que parece más rudo entre ellos me contesta:
-A ti perro acadio. Vendrás con nosotros: Por las buenas o por las malas.
-Venid entonces.-Saco rápidamente mi espada, un grupo de ellos se abalanza sobre mí. 

Doy algunos golpes certeros y varios caen. Son demasiados. Algunos de ellos han subido a las terrazas para rodearme. Estoy en desventaja. 

Todos cierran sus ventanas con temor, no tendré ninguna ayuda esta vez. Intento resistir las acometidas, y logro derribar a algunos más. Una gran red cae sobre mí y me envuelve, intento zafarme pero no puedo, esto acabo: Estoy atrapado. No puedo dar más golpes con mi espada. 

Ahora viene la zurra, caigo al suelo y me patean. No se detienen. Pierdo rápidamente energías, no puedo defenderme. Siguen las patadas. ¿Por qué no me matan de una vez? Les ha costado caro llegar a tenerme así. El dolor es demasiado para mí. Intento aguantar pero no puedo. Siento el sabor de la sangre en mi boca. 

Pierdo la conciencia.

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lunes, 26 de enero de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capitulo 37


37  A SALVO
Por Karlos Dearma.

Vuelvo en mí para encontrarme rodeado por un grupo de mis hombres. Entre ellos mi salvador KHUFU. Sonrío, después de todo estoy vivo. Mi herida duele pero no es tan malo. Los ruidos de la pelea han cesado. Lo miro a KHUFU.

-Gracias.
-¿Estas bien mi general?
-Una vez que me saquen esta flecha del hombro podré contestarte. Supongo que estaré bien. ¿Qué sucedió con MENUNHOTEP?
-Escapo jefe. ¿Qué hacemos?
-Volver con PEPI y contarle lo sucedido. Esto es más que importante.-De golpe un alboroto sacude a mi tropa.
-¡Allí viene el general PEPI… y el faraón con él!

Todos se abren para dejar pasar a TUTMOSIS y a PEPI. Inclinan sus cabezas.

-¿Cómo estas SETI?-El faraón me muestra su cara de preocupación, por un momento parece volver a ser humano. Aquel amigo de mi juventud.

-Los dioses no me quieren cerca de ellos, por lo menos ahora. Puedo estar contento, debe significar que me han dado mayor tiempo.
-Me alegro.
-Tengo una mala noticia para ti. MENUNHOTEP es un traidor, es él quien ha intentado asesinarme. No lo logro y ha escapado.
Por un momento la cara de TUTMOSIS parece encenderse de furia. Habla:

-Ese perro, le di mi confianza, lo atraparemos.
-Se ha llevado a un grupo con él.
-Hacia el Sur.-Un KHUFU desinhibido interviene, se da cuenta de su metida de pata y pide disculpas. TUTMOSIS le interroga:

-¿Y tú joven quién eres?
-Soy KHUFU de Tebas, hijo de KIFER. Mi padre ha sido asesinado hoy aquí. Mi Rey, te pido permiso para levantar su cuerpo, y a los otros caídos.
-¿Cuántos años tienes KHUFU?
-13
-Está bien, lleva a más soldados contigo para ayudarte. Respeto a los valientes, tu padre y los suyos serán homenajeados.
-Gracias Mi Rey. ¿Quería pedirte un favor más?-TUTMOSIS sin ofenderse y mirándole con algo de ternura le contesta:

-Habla joven.
-Quisiera servir a las órdenes directas de SETI de ahora en más. –TUTMOSIS sonríe por primera vez desde que llego aquí.

-Está bien valiente. Concedido. Cumple con lo tuyo.
-Gracias Señor.

KHUFU se retira lentamente, algunos soldados le acompañan. Quisiera ir con él pero debo curarme, unos médicos del faraón me rodean y limpian mi herida. TUTMOSIS les da órdenes:
 Debo descansar. Lo hare. Sé que pronto volveremos a estar en la pelea. Y ese bastardo de MENUNHOTEP me las va a pagar.

-El golpe que te han dado es un golpe en mi contra.
-Puedo darme cuenta de ello TUTMOSIS, tenemos traidores en nuestras filas.
-Sí. Y, estoy seguro de esto que voy a deciros: Ese MENUNHOTEP va camino de nuestros enemigos a dar parte. SEBIOMEKAR y el oro de Nubia deben estar también detrás de todo el asunto. Me pregunto: ¿Quiénes más pueden estar involucrados?
-Tratare de averiguarlo. Ni bien saquen esto de mi hombro.

Uno de los médicos me dice que ya es tiempo de sacar la flecha. Junto valor, sé que no escapare del dolor. Me dan un trozo de madera que debo morder con fuerza. Vuelven a limpiar mi herida. TUTMOSIS y PEPI observan.

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sábado, 24 de enero de 2015

LA LECTORA


La Lectora
Por Karlos Dearma.

“¡Qué mujer!” La vio venir caminando con aire despreocupado como si fuera una actriz, vistiendo de rojo apretado y robando miradas.

 Tenía un cuerpo que le pareció cincelado por los mismos dioses, o quizás por Miguel Ángel. Se sentó en una mesa del bar sobre la vereda, su único equipaje era un libro. Un aire de intelectual sexy la rodeaba. 

Galante, se acercó y la observo mejor: Largo cabello oscuro que caía como una cascada sobre su espalda, rostro armoniosamente bello como un arco iris, piel como un prado verde acicalado por el viento y carnosos labios color carmín que le provocaron deseos de besarla; sus ojos intrigantes de color almendra parecían un regalo egipcio, de naturaleza hipnótica, aquellos de los que se niegan a revelar sus misterios.

Soñó despierto: Cerró los ojos y la imagino saliendo del mar con un vestido mojado y transparente, que le permitía ver la silueta desnuda; seguido, corría hacia él con sonrisa radiante, se prestaba para sus caricias suaves y le hacia el amor, terminando abrazados sobre la arena.

Luego vino el golpe en la boca del estómago. Las piernas no lo sostuvieron más y cayó de rodillas intentando respirar. No pudo, sintió que se ahogaba. Le sobrevino un ardor en el pecho, la cabeza comenzó a darle vueltas y pensó que le iba a estallar o que se iba a desmayar.

Se sentó en el piso, aspiro profundo y luego exhalo con calma varias veces intentando recuperar el aliento. De a poco se sintió mejor.

Frente a él estaba parada la mujer de rojo que con dedo inquisidor y manifiesto desdén le dijo: “¡No soporto a los atrevidos!”.

La lectora de sus pensamientos bajo por la calle dándole la espalda. La vio irse dando golpes con sus tacones sobre el empedrado, todos le miraron a él pero luego se dieron vuelta para verla a ella. La visión de la mujer alejándose no dejaba de ser magnifica.

Nota: Este cuento fue escrito para participar del "Concurso de Microrrelatos: MICROLOVE II" propuesto por los administradores del blog "EL CIRCULO DE ESCRITORES". De nuevo el entusiasmo me llevo a excederme en la cantidad de palabras de la consigna. No lo envié y aquí se los presento. 


viernes, 23 de enero de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capitulo 36


36     LEJOS EN NUBIA
Por Karlos Dearma.

Nubia. Atravesando el desierto. El Nilo ha quedado atrás y a nuestra derecha, pero desde aquí no es visible. El polvo de la marcha forma una gran nube que nos asfixia. El calor y las moscas nos abruman. 

El ejército avanza cansadamente hacia el sur: MENUNHOTEP marcha al frente, es ahí donde lo he enviado, lejos de mí. Solo por un tiempo, no podré evitarlo siempre. 

Tal vez sea un poco nostálgico de mi parte pero es en estos momentos cuando más extraño a mis amigos, AMUN y ANKH. No he conseguido aquí a nadie que reemplace su ausencia. TUTMOSIS ya no se parece al hombre  que conocí, aquel con el cual perseguía hermosas mujeres con un pellejo de vino en la mano, al que le gustaba bailar y cantar. El amigo feliz. 

El poder cambia a las personas. Lo observo y veo en él a alguien extraviado en pensamientos. Preocupaciones. Ahora soy general… aun le respeto pero ya no nos parecemos demasiado, no tengo ambiciones. Él sí.

Vamos a la guerra. Cumpliré con mi deber. Y regresare a Abydos. Quedan en mí aquellas palabras de ANKH. Tal vez abandone el ejército, y recorra los caminos del mundo. Quizás pueda encontrar por allí, en algún lugar, a mi amigo SESOSTRIS. Algún día les hablare de él.

Un jinete se nos acerca, apura a su camello lo más que puede. Voy hacia el frente de la columna para enterarme de las novedades. Es un explorador. Llego para ser testigo de las nuevas. MENUNHOTEP lo increpa:

-¿Qué ha sucedido con el resto de la tropa? ¿Por qué estás solo? ¡Habla!
-¡Dadle agua! –Intervengo para quitarle autoridad a MENUNHOTEP.

-Gracias señor, nos atacaron.-Le da un sorbo a la vasija.
-Mi jefe me envió a buscar ayuda pero creo que no será necesaria. Es demasiado tarde para ellos. Estaban rodeados. Escape solo gracias a los dioses, los nubios eran por lo menos un millar.
-Gracias a ti por avisarnos, descansa. Enviaremos un destacamento ya mismo.
-No quiero descansar, mi padre era también mi jefe, no quise desobedecerle y ahora desearía estar muerto; volveré a buscar su cuerpo y darle sepultura, y a los otros caídos. Eran mis amigos. Fueron demasiado valientes como para ser devorados por los buitres.
-Está bien. Nos vengaremos, te lo prometo. ¿Cómo te llamas?
-KHUFU.

Ordeno a los jinetes prepararse. PEPI se acerca y le informo.
-¿De qué se trata esto SETI? ¿Algo grave?
-Los nuestros han sido emboscados, solo el muchacho escapo. Saldré a buscar a los Meroítas.
-Hablare con TUTMOSIS, suerte amigo. Te seguiremos con el resto del ejército.

Montamos camellos y caballos. Partimos hacia el Sur, rápido. MENUNHOTEP y KHUFU cabalgan junto a mí. Sospecho que no deberemos perseguir a los responsables de esto. Nos estarán esperando. Peor para ellos, conocerán nuestra furia. Ordeno hacer marcha forzada. 

No pasa mucho tiempo hasta que divisamos una columna de buitres volando alto. Eso es extraño. No están acechando a su presa sino más bien expectantes. Los Meroítas aún están cerca.

-¡Alto egipcios! Preparaos para pelear. Subiremos por aquellas dunas.
-¡Arqueros listos, adelante, avanzad!

Nos precipitamos colina arriba, subimos sin importarnos lo que nos espera. Una nube de flechas nos recibe. Algunos caen de sus caballos pero arremetemos sin darles mucho tiempo para reaccionar. Corren delante de nosotros. Algunos se plantan delante para enfrentarnos, los aplastamos con nuestros caballos. La batalla se vuelve algo sangriento. 

Uno a uno derribo a todos los Meroítas que se me cruzan. Observo a mis egipcios, todos combaten bien. Si SEBIOMEKAR quiere vencernos deberá ponernos algo mejor enfrente. El combate va a terminar pronto. Veo a algunos Meroítas huir. La lucha es nuestra. La matanza es general. 

Debo ponerle fin a esto: Necesito unos prisioneros. Persigo a uno de ellos cuando una flecha me atraviesa el hombro. Caigo de mi caballo, rodando por la arena caliente. 

Atontado observo en dirección de mi agresor y lo veo: MENUNHOTEP con el arco en sus manos me ha disparado, el maldito intenta matarme, vuelve a cargar su arco. Intentará dispararme nuevamente.

Es entonces cuando una gran sombra me cubre. KHUFU, me protege con su escudo desviando el tiro y salvándome de otro golpe. Me habla pero no le escucho. Intento no caer en la inconciencia. Señalo a mi victimario. Les grita a mis soldados. Algunos de ellos me rodean y cubren. MENUNHOTEP ha perdido su oportunidad, desiste de otro intento  y escapa a caballo con un grupo de jinetes. 

Su plan de matarme ha fracasado. 

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jueves, 22 de enero de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capitulo 35


35  ARNUWANDA
Por Karlos Dearma.

Cuando acabe todo esto me tomare un descanso, lo afirmo como que mi nombre es ARNUWANDA. Tendré una finca con animales y campos sembrados. Quizás busque una esposa. Si, lo haré. Después de todo lo merezco. Hablare con MUWATALLIS: Entenderá. Es un buen hombre. Antes cumpliré con él. 

Debo encontrar al resto del ejército. ¿Hasta dónde habrán llegado?... Supongo que voy en la dirección indicada. Evitare los caminos principales, estoy en territorio enemigo y no quiero caer prisionero de los luvitas.

La belleza de Arzawa me envuelve. Los verdes de la primavera comienzan a invadirlo todo. Bandadas de pájaros cruzan el cielo. Algunos animales me evitan, los comprendo. Si no encuentro al ejército pronto deberé cazar. 

Escucho un murmullo, quizás sea un arroyuelo. No. El sonido se agiganta. Cascos de caballos... ¡Jinetes!  Ser prudente se impone: Debo ocultarme rápidamente. Elijo un pequeño bosquecillo.

La patrulla pasa cerca: Son luvitas, una decena. Van en la dirección contraria. Se alejan rápidamente sin verme, estoy a salvo. Esto no me gusta. Sera mejor que continúe. 

Hago correr a mi caballo un poco para alejarme de los luvitas. Cuando me siento seguro aminoro la marcha. Allá a lo lejos diviso un arroyo, juntare agua y daré de beber a mi caballo. Falta poco para que la oscuridad de la noche me alcance.
Una alameda acompaña el curso de agua. Es un buen lugar para descansar y ocultarme. No puedo encender fuego, y la noche será fría.

 Me apeo de mi caballo y desciendo. Sumerjo mi cabeza en el agua. Soy todo sudor y tierra: Un baño no estaría mal. No hay nadie por aquí. Dejare mi espada y entrare. Busco enemigos en todas direcciones, todo está tranquilo. Me arrojo a las aguas. Disfruto.

 Por un lapso de tiempo todo parece detenerse: EL agua fresca, los cantos de las aves, el viento en mi cara. Pero de pronto el paisaje cambia. Una veintena de luvitas me observa detenidamente con sus lanzas y arcos apuntándome: ¡Maldición!  ¿Cómo pudo suceder? Fui demasiado imprudente y ahora estoy rodeado. Uno de ellos se acerca y tranquilamente toma mi espada. Me habla:

-Es inútil resistirte hitita. Puedes elegir entre la muerte y ser nuestro prisionero. Tú decides.
-Ustedes ganan.
-Es una decisión inteligente. Amarradle y llevadle con los otros prisioneros.

Por supuesto no me resisto. Sí que la he jodido: He sido un tonto y ahora soy prisionero de los hombres de LUWIYA. Por lo menos sé que no estaré solo. Le he fallado a MUWATALLIS, y espero salir entero de esta. Los jinetes se ponen en marcha y me arrastran tras ellos.

Debo ser afortunado pues el trayecto es corto, llegamos pronto a su campamento. ¡Que puntería la mía: Iba directamente a las fauces del enemigo!

Todo el ejército de Arzawa está aquí, cruzo el campamento y me llevan con el resto de los prisioneros. El líder de la partida me dice:

-Mi nombre es DAROS. Es tarde: Mañana hablare contigo. Espero que nuestra conversación sea fructífera...-No me gusta la forma en que lo dice. Hace un gesto como esperando una respuesta: Quiere mi nombre, se lo digo.

-ARNUWANDA de Hatti, me agrada conocerte.-Le arranco una leve sonrisa, por supuesto comprende la ironía. Se aleja. Me juntan con un grupo de prisioneros. Reconozco a algunos de mis hombres. Todos fingen no conocerme, yo también,... mejor así.

Las horas transcurren y cae la noche. El frío hiela la sangre. Los luvitas nos tienen bien vigilados, debo hablar con alguien, elijo a uno de los más cercanos. Trato de que nadie escuche.

-Eh tú.
-¿Yo?
-¡Si, tú!
-¿Qué quieres?
-Información. ¿Qué sabes de nuestro ejército?
-Se corre el rumor de que el grueso logro escapar. ¿Hace cuantos días que estás perdido ARNUWANDA?
-Shhhhh ¿Sabes mi nombre? Mejor cierras la boca... Bastantes, intentaba regresar a nuestro territorio y me atraparon. ¿Hace cuánto que estas aquí?
-Desde el mismo día de la batalla. La división fue casi aniquilada. ¿Qué sucedió con el príncipe MUWATALLIS? ¿Lo viste caer?
-No,… No lo sé.-Le miento, debo mentirle.-La última vez que lo vi estaba combatiendo.-

Parece meditar mis palabras y entonces habla nuevamente:

-Entonces,... no sabes la nueva.
-¿Que nueva?
-Nuestro rey TELEPINU ha muerto. Y no solo eso: MURSHILLIS es el nuevo rey. Los luvitas se ocuparon de darnos la “Buena noticia”. Estaban más que contentos por haber matado a nuestro rey.

La noticia me deja pasmado. Ambas. Esto está más que mal. Mi amigo el príncipe MUWATALLIS ha sido despojado de su trono. Y no solo eso. Está en un gran peligro. Acabo quizás también de salvar mi vida cayendo prisionero. Y la de MUWATALLIS. Debo ver como escapar. De ser posible esta misma noche, pero ¿Cómo?

Piensa ARNUWANDA, piensa.

continuara ...


miércoles, 21 de enero de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capitulo 34


34  MURSHILLIS
Por Karlos Dearma.

TELEPINU ha muerto. Mi hermano MUWATALLIS no aparece. No puedo más que alegrarme de todo y precisamente por cómo se dio. Ahora soy el rey de Hatti. 

La historia montada ha dado sus resultados: MUWATALLIS está muerto para todo el mundo pero ¿Qué sucedió con él? ¿Por qué no ha regresado? Necesito saberlo. Largos días ya han pasado y no hay noticias. Tal vez MUWATALLIS realmente este muerto. Pero necesito estar seguro. Llamo a SHUBILULIUMA.

-¿Alguna noticia de mi hermano?
-Ninguna  mi rey. Tan pronto como aparezca cumpliremos con tu sentencia. Tengo a mis hombres de más confianza atentos a cualquier novedad.
-Espero que así sea, su aparición con vida sería un desagradable contratiempo. Podría desestabilizar mi reinado, si es que esta aún vivo. El pueblo le ama y respeta, se levantarían contra mí. MUWATALLLIS solo puede morir.
-No debes preocuparte por ello. Mis hombres son los mejores en lo suyo. Le cazaran antes.

El general LABARNA hace su aparición, le pido informes sobre el estado del ejército.

-La desbandada no ha sido total. Estamos reorganizando a las tropas, pronto volverán a estar en condiciones de dar batalla.
-¿Qué sabemos de LUWIYA?
-Ha tenido demasiadas bajas, y nosotros también, pero tenemos más hombres que él. Es lo único que explica por qué no nos ha perseguido. Debe de estar rearmando a su ejército. Tiene menos recursos. Una guerra larga no le beneficiara. Puede agotarse más rápido que los nuestros.
-Intentara entonces atacarnos pronto.
-Es muy posible.

Un mensajero llega en esos momentos. SHUBILULIUMA le recibe y habla con él. Permanecen apartados. Es uno de los suyos. Puedo ver que el rostro del príncipe cambia. Se acerca.

-Habla: ¿Qué sucede?
-Un pequeño destacamento de la división uno ha regresado a nuestro campamento. Estaban perdidos desde el final de la batalla. Son hombres bajo el mando de MUWATALLIS.
-¿Qué dicen de mi hermano?
-Mis hombres han averiguado que hace varios días se separaron de él. Los dividió en grupos pequeños y les ordeno volver a unirse al grueso del ejército.
-Entonces ¿Está vivo?
-Sí. Sobrevivió a la batalla: Herido y débil según dijeron, pero vivo.
-¿Herido? Maldición, ahora esto puede complicarse. Mantenlos aislados del resto de la tropa. No podemos permitir que esto se sepa.
-Lo he hecho. ¿Qué hacemos con ellos?

-Ya sabéis que hacer. No podemos dejar testigos. ¿En dónde está MUWATALLIS?
-Nadie afirma saberlo. En algún lugar de las montañas, al Sur tal vez. Oculto seguramente. Es territorio de los Luvitas.
-Debemos encontrarlo. Organiza una partida, y tráeme su cadáver.
-Sera difícil. Son tierras del rey de Arzawa.  Aunque tengo a alguien que las conoce y...
-Envíales ya mismo. Dales todo el oro que pidan. Quiero la cabeza de MUWATALLIS.

continuara ...