55 LAS MURALLAS DE NAPATA
Por Karlos Dearma.
El ejército
está formado, solo esperamos la señal para atacar. TUTMOSIS, como corresponde,
dará la orden. Miro las caras de mis hombres: Veo coraje, veo ansiedad, veo
miedo.
Los entiendo: Muchos no verán el próximo día. También tengo miedo pero
confío en los dioses, siempre me han acompañado. Golpearemos las murallas con
nuestras maquinas. Los arqueros están listos para subir a las torres, algunos
guerreros seleccionados especialmente también. Un ariete va a la vanguardia
para golpear la puerta principal de la ciudad.
Ordene a
KHUFU permanecer en la retaguardia, muy a su pesar ha aceptado. Demasiado joven
para esto, le he tomado cariño, mejor mantenerlo fuera de esto. Ya tendrá su
momento para la batalla.
En la
muralla el ejército meroíta está formado.
Trataran de causarnos muchas muertes para desanimarnos, espero que esta
vez podamos trepar los muros. Tenemos suficientes escaleras y torres como para
llevar a muchos de los nuestros a la cima. TUTMOSIS hace un gesto: El ataque
comienza.
Las catapultas arrojan piedras y fuego dentro de la ciudad. Los
arqueros disparan sobre la muralla. Las torres avanzan, los infantes también.
Los meroítas esperan. Aun no nos disparan. Esperaran a tenernos a tiro, no
desaprovecharan su parque.
Subiré a una
de las torres: espero poder llegar a lo alto de la muralla. Ahora los sitiados
nos disparan: una nube de flechas descarga su lluvia sobre nosotros. Nos
cubrimos con nuestros escudos, ¡Dioses protegedme! Alcanzo una de las torres,
un grupo de mis hombres me sigue. Subimos las escaleras interiores: puedo
escuchar las saetas golpear contra sus
paredes de madera.
Intentaran ponerle fuego o voltearla, espero que no
suceda. Los infantes la empujan en
dirección a la muralla. Alcanzo la parte superior, los arqueros de la torre
disparan a la muralla. Puedo ver a los defensores, distingo la desesperación en
sus caras. Las torres se les acercan en varios puntos. En el interior de la
ciudad hay fuego, el humo se levanta en humaredas densas. Una de las torres cae
de lado en llamas: Sus servidores se arrojan al vacío. Estamos a solo unos
pasos de la muralla.
Mis hombres están escondidos detrás de sus escudos, listos
para saltar a la muralla. Una fuerte
vibración nos sobresalta: llegamos a la pared. Los arqueros se preparan para
lanzar la rampa. Un sonido fuerte y seco anuncia que el puente ha sido lanzado.
Me asomo apenas para ver el camino libre delante.
-¡Atacad!
Corremos por
el puente tras los escudos, los guerreros corren detrás mío gritando. Salto una
de las almenas y estoy en la ciudad: Un meroíta me recibe arrojándome su lanza,
la rechazo con mi escudo. Golpeamos armas, logro herirle, cae. Esta muerto.
Veo
como un río de hombres salta de la torre dentro de la ciudad, otras torres han
alcanzado la muralla. La batalla trascurre en los muros, todo marcha según lo
previsto.
Sin embargo
hay algo que me inquieta, como un mal presagio, en un raro momento de calma
observo el horizonte con desconfianza: al Norte veo una gran nube de polvo que
se alza sobre el desierto. ¿Una tormenta? Quizás.
Logramos tomar uno de los
torreones. Nuestros arqueros pueden dejar la torre para disparar desde la misma
muralla, les cubrimos con nuestros escudos. Se establece un duelo: Arqueros
contra arqueros disparan flecha tras flecha. Los egipcios nos estamos
imponiendo.
Pero de
nuevo ese raro presentimiento, vuelvo a escudriñar el desierto. ¿Una tormenta…
o un ejército? Nuestra tropa sigue trepando las murallas. El príncipe BEBTI
aparece por allí, me hace una seña: Tras nuestros escudos tenemos una breve
charla.
-¡BEBTI
mira! -Le señalo el fenómeno.
-¿Una
tormenta?
-¿Y si acaso
son los nubios? Regresare. Te dejo a cargo de esto.
BEBTI
sorprendido asiente, es un buen líder, lo llevara bien. Regreso sobre mis
pasos, vuelvo a la torre de asedio, bajo sus escaleras esquivando a los
infantes que vienen subiendo en sentido opuesto.
La batalla
sigue sin disminuir en brutalidad.
Vuelvo a
tocar tierra, ahora comienzo a correr hacia el campamento con mi escudo colgado
en la espalda, alejándome de la muralla. Encuentro a uno de los capitanes, le
pido su caballo. Monto y a toda velocidad salgo disparado buscando a TUTMOSIS.
Atravieso la línea de las catapultas, no muy
lejos está el faraón. Voy hacia él, lo
encuentro hablando con un mensajero. Me mira, su rostro esta enrojecido de
furia:
-¡SETI, nos
atacan! La reserva los está enfrentando ahora mismo. Llévate todos los hombres
que puedas conseguir. Detendré esto.
-Los
Nuestros están en la ciudad. BEBTI los dirige.
-Debemos
parar el ataque a la ciudad, aún no sabemos su fuerza. Llévate a mi guardia
personal. Hay que actuar rápido.-Uno de sus capitanes me sigue, la escolta de
faraón esta lista.
-Infórmame
de la situación en cuanto puedas, preparare los refuerzos. ¡Que los Dioses te
acompañen!
Sin bajar de
mi caballo invento un ademán para que los jinetes me sigan. Salimos rápidamente
hacia el norte.
continuara ...
Super emocionante el combate :)
ResponderEliminarUn saludo!!