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sábado, 7 de febrero de 2015

SER O NO SER (BE OR NOT TO BE)


Ser o no ser (Be or not to be)
Por Karlos Dearma.

Si alguien los hubiera visto juntos quizás habría jurado que Nicolaj e Ignatius eran hermanos idénticos. Lo cierto es que crecieron ignorando la existencia del otro y se cruzaron una sola vez. 

Esto fue lo extrañamente posible y único con respecto a esta historia, ya que vivieron diferentes vidas en diferentes lugares y épocas.

Sin embargo, ambos, a pesar de estas extrañezas y de las distancias, llevaron sus vidas como adultos intuyendo la mutua existencia.

Nicolaj era un hombre bueno, humilde, inteligente, estudioso y trabajador que con su genio creo bellas obras de arte en arquitectura e ingeniería. Ignatius era su antítesis: Un soldado ignorante pero valiente, arrogante, despreciable  y criminal, al que la maldad le dictaba sus guiones destructivos.

Hombre temeroso de Dios, Nicolaj se casó con una hermosa mujer y formo una familia en la Amberes del mil seiscientos.  Ignatius transito las estepas de la inmensa Rusia, como líder de una banda de salteadores, en las épocas oscuras previas al advenimiento de los zares. Su mayor hazaña fue liderar, junto con otros jefes nórdicos, el saqueo de Nóvgorod con sus Varegos.

El humilde constructor de Iglesias y puentes soñó hasta la obsesión con el pérfido Ignatius: No sabía quién era ese hombre que se le parecía como un hermano gemelo, a sus velados ojos, el torvo enemigo de la dignidad humana; nunca había empuñado una espada pero lo habría hecho si fuera necesario para acabar con él. Le deseaba la muerte y le temía.

El ignoto azote de Dios también vio en sus sueños a Nicolaj: Se desconocía en ese hombre que se le parecía pero le admiraba y envidiaba su forma de vida, lejos de la violencia. Hubiera querido ser como él.

Ambos soñaron un posible encuentro, el mismo se daba en el claro de un bosque brumoso rodeado de colinas nevadas, a orillas de un lago helado. La reunión se revelaba como algo ineludible, sus consecuencias también.

Los dos tomaron una misma decisión, partieron en pos del otro, una fuerza extraña parecía guiarles: Uno pretexto un encargo de cierto obispo alemán, el otro desapareció sin dar explicaciones.

Cabalgaron hacia un más allá lejano, en su búsqueda, ninguno lo sabía pero seis siglos les separaban; Nicolaj se procuró una espada, Ignatius dormía hermanado con ellas. 

Cruzaron Europa hasta encontrar el lugar soñado, al que pronto reconocieron. Un viento gélido les recibió con alegría pues estaba a punto de cumplirse lo que dictaba el destino. 

Los dos jinetes se observaron, la lucha era inevitable. El valiente Nicolaj fue el primero en sacar la espada; el oscuro Ignatius, confundido con esa actitud, temió por su vida y a su vez desenvaino la suya.

Arremetieron con sus caballos piafando a la carrera, arrancándole a la tierra pedazos pálidos de nieve, aullando como bestias.

Luego el ruido de metales golpeando, los gritos de los hombres, los animales rodando, los jinetes cayendo de sus monturas.

Atontados por el golpe, tardaron en reaccionar. Luego sucedió lo que debía pasar: Nicolaj creyó sentir los dolores de sus cicatrices de guerra, Ignatius comenzó por padecer la visión borrosa de ojos gastados en lecturas nocturnas. Ambos se observaron sin cambiar palabras, poniéndose de pie, y comprendieron lo que el destino les tenia fijado, aunque ninguno había soñado con semejante final.

Nicolaj, el creador de obras maestras, vio cómo su homónimo monto de nuevo a caballo y partió en dirección a Amberes. Ignatius, el destructor de poblados, marcho hacia su nueva vida satisfecho y sabiendo que sus Varegos tenían un nuevo jefe. 


NOTA: Este cuento fue escrito para participar del Concurso de relatos "Del mas allá" de EL CIRCULO DE ESCRITORES

17 comentarios:

  1. NOTA: Este cuento fue escrito para participar del Concurso de relatos "Del mas allá" de EL CIRCULO DE ESCRITORES.

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  2. ¿Y que pasa luego?
    Carlos ¡Por favor! Empiezas una novela histórica de esas con montón de personajes y en dos momentos distintos de la historia, de esas que te enganchan y no respiras hasta el final como las de Noal Gordonl...¡Y nos dejas ahí, con la miel en los labios!

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    1. Querida Paola!!! Me encanta que te hayas apasionado tanto con uno de mis cuentos!!! Es (nuevamente tienes razón) con un final abierto. Esto por unas cuestiones identificables: Primera y principal: La consigna que seguimos, Segunda: Es una historia alegórica. Tiene que ver con las vidas que podemos o podríamos llevar y nuestros sueños: ¿Hasta donde somos capaces de llegar por ellos? ¿Cuanto estamos dispuestos a cambiar a pesar de los riesgos? ¿Cual es nuestro "mas allá"? En esta alegoria, Nicolaj e Ignatius son la misma persona (Podría ser cualquiera en realidad), un ser humano que fue por su sueño con opciones y consecuencias. Y tienes razón: Queda la miel en los labios. Saludos.

      PD: ¿Recuerdas la canción de Sabina "La del pirata cojo"?

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  3. Brutal. Es una historia fantástica Carlos. Me ha encantado. El final es inesperado pero lo que más me gusta son los contextos históricos y la maravilla de que les separen siglos. Impresionante. Un fuerte abrazo

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  4. Tremendamente original y narrado. Como siempre, logras sorprenderme con tus relatos. Saludos.

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    1. Que bueno, me alegran tus elogios. Y mas viniendo de un gran escritor de cuentos como vos. Saludos.

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  5. Una historia fantastica Carlos, muy creativa.
    Me gustó mucho.
    Abrazo

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    1. Abrazo Ricardo, gracias por comentar, me alegra mucho que te guste mi relato.

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  6. Magnífico relato, Carlos. La ambientación es perfecta y la historia atrapa desde el principio, aunque el final no es el que podríamos esperar. Ahí está precisamente lo bueno, muy interesante el cambio de papeles a través de los siglos. Me encantó!

    Un abrazo.

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  7. Muy bien narrado, una ambientación fantástica.
    Muy bueno, Carlos.
    Un saludo!

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  8. Me gustó, excelente cuento, un final para la imaginación. Lo felicito. Primera obra que leo de usted. Mi hijo mayor, está próximo a registrar 15 cuentos cortos, (un solo compendio). Satisface ver que escritores jóvenes estén escribiendo, dejando un importante legado a próximas generaciones.

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    1. Muchos gracias, Xiomara !!! Me alegra que te guste. Le deseo todo el éxito a tu hijo: Es bueno como tu dices que nuevos escritores ganen espacio. Saludos.

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