91 LA MALA SUERTE DE ANKH
Por Karlos Dearma.
La escolta
marcha en dirección al Nilo. Dos centenares de hombres, entre egipcios y
nubios. Me siento afortunado de abandonar este desierto de una buena vez: Y
hubiera golpeado a AMUN de no traerme con él.
Dejamos atrás Saq hace cinco
días, solo espero ver el Nilo pronto y arrojarme a sus aguas. El único que no
parece feliz es nuestro ilustre prisionero. SALMANASAR no solo ha perdido su
ejército, su corona y su honor: Tal vez pierda la cabeza también. Bien merecido lo tiene.
Debo darle un crédito
a mi amigo AMUN por ello, aunque los beneficios hayan sido nulos para mí.
KHAMOSE, uno de los capitanes, ha quedado al mando de Goshen. Mi jefe ha tomado
la tarea de entregar al asirio personalmente.
MONGO
cabalga a mi lado con aire de satisfacción. Son raros los momentos en los que
mantiene cerrada la boca: Supongo que el polvo del desierto lo ha disuadido,
mejor así. Los hombres parecen exhaustos, agobiados por el calor y el aire
asfixiante.
Más adelante
encabezan la marcha AZIRA y AMUN. Sería mejor ir con ellos, aquí donde estamos
respiramos toda la polvareda de la vanguardia. Apuro a mi caballo, MONGO sin
preguntar, me sigue, no podré librarme de él por ahora. Alcanzamos a los que
van adelante, AMUN me interroga:
-¿Alguna
novedad ANKH?
-Solo
resolana y arena y cansancio. No puedo esperar por un baño en el Nilo.
-Pronto
llegaremos. Haremos un alto ahora mismo para darles un respiro a nuestros
caballos. Iré a ver a nuestro prisionero.
Veo alejarse
a AMUN, me ha dejado solo con AZIRA y con MONGO: “Las mejores compañías de la tierra”. No hago más que descender de mi caballo cuando vuelvo a ser increpado
por la Goshemita:
-¿Qué hacías?,
te vi
-…
-¿Porque
estabas mirando mis tetas, no es así?
-¡Dioses!
¡No, AZIRA! ¡No de nuevo! ¡Basta!
-¡Es cierto,
los ojos se escapaban de tu cara, y voy a golpearte!
-Eso no
sucederá, nunca, aléjate de mí, o estás loca o el Sol te ha hecho muy mal.
-El Sol es
mi testigo: ¡Eres una mula lujuriosa de Nubia, ANKH!
-¿Qué es lo
que sucede aquí?-Amun regresa en el peor momento.
-Lo que pasa
es que…
-¡Me estaba
mirando las tetas! ¡Dile algo AMUN!
-…
-¡Los
hombres sois todos iguales! Cómplices lujuriosos del esclavismo de las mujeres.
Acabaré contigo ANKH, luego de hablar contigo AMUN.
-¡Dioses,
dadme un respiro! Esta mujer es terrible.
-Deja de
invocar a los dioses, ANKH. ¡Eres un blasfemo!
Me alejo de
ellos lo más que puedo, como para no escuchar los gritos de AZIRA. Doy gracias
a los Dioses. MONGO me sigue con una sonrisa estúpida en el rostro:
-¿Qué sucede
contigo, MONGO? ¿Te burlas, Esperas acaso que te atice un golpe?
-A uste lo
ha tocao la mala jefecito, ANKH, a uste lo ha besao un Pazuzu.
-¡¿Qué mala?!
-La mala
soerte jefecito, le están pasando cosas raras: Primero la caída del caballo,
luego el Oro se escapa de sus manos, y ahora AZIRA, uste necesita de un brujo,
un exorcismo, es que ha uste lo ha besado un Pazuzu.
-¡¿Qué?! ¿Un
Pazuzu?! A mí no me ha besado nadie. Hace meses que no estoy con una mujer,
desde que nos mandaron a ese agujero en el desierto, y solo pienso en eso ¡Los
dioses me lo concedan de una buena vez! ¿Qué dices? ¿Y Qué es un Pazuzu?
-¿Hace
meses? ¡Claro! Vea que tengo razo. Pazuzu es un demonio.
-¡Con que
besado por un demonio! Creo que voy a golpearte MONGO, ¡Estoy rodeado de locos!
continuará ...
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