18 MUWATALLIS
Por Karlos Dearma.
Atardece en
la meseta. Algunas campesinas con vestidos coloridos apuran sus labores en los
campos cercanos, las observo desde el mirador.
Hacia Occidente las montañas
asoleadas visten de diferentes colores verde, hacia Oriente prevalecen las
sombras grises. Aun no se ha presentado el invierno. Tampoco ansío su presencia,
nunca me gustaron las nieves. Hattusas puede ser tan fría como los hielos de
las cumbres y nunca me gusto el humo de las fogatas. Tal vez sea eso lo mas
molesto del invierno, encender el fuego.
Abajo en las
calles de la ciudad los tenderos siguen ofreciendo sus mercaderías a
compradores apurados, otros regatean precios, algunos músicos tocan para un
grupo de transeúntes.
Aquí en el
palacio algunos sirvientes preparan la cena y TUDKHALIYA debe morir.
Su tiempo ha
acabado, TELEPINU, el rey supremo de Hatti así lo ha ordenado. Se lo acusa de
traición. Los preparativos para la ejecución ya están casi listos. La guardia
real esta, como siempre, en sus puestos. Los verdugos están presentes, solo
falta el prisionero…, y la orden del rey.
-¡MUWATALLIS!-Es
mi padre quien me llama de manera severa e interrumpe mis pensamientos.
-Padre.
-Vamos a
comenzar.
-Vamos a
terminar.-Le respondo.
-Lo sé, si
es así como prefieres llamarlo, eres mi hijo y es tu obligación estar presente
en la ejecución.
-Conozco mis
obligaciones, algún día ocupare tu lugar,… solo espero que no sea pronto.
-Tarde o
temprano será así. Por ahora debes ser testigo, en el futuro quizás debas
ordenarlo tú mismo. La justicia es una de mis prerrogativas.
-¿El Matar a
un héroe? Un hombre al que quiero y admiro.
-También lo
quise pero es un traidor, los mil dioses de Hatti son testigos de ello.
-¿Por qué
simplemente no lo expulsas de Hatti? Perdónale la vida. Nos ha dado muchas
victorias como general y nos ha llenado de orgullo como pueblo. Allá afuera en
las calles, en los campos, todos los hititas le aman.
-No he llegado
hasta aquí con sensiblerías. Debo ser fuerte, no puedo permitir este tipo de
actos.
-¿Podemos
juzgarlo por amar a su hijo?
-Una
conspiración contra el rey se paga con la muerte. El deber de un pueblo es
obedecer a su rey porque los dioses así lo han dispuesto. Su hijo era un
traidor, y lo oculto de la justicia del rey. TUDKHALIYA morirá.
Se da vuelta
y busca el camino hacia el improvisado cadalso. Debo seguirle, muy a mi pesar.
Caminamos lo que nos separa del escenario de la ejecución y mi padre da la
orden. Los guardias traen al prisionero, muy deteriorado por las golpizas. Un
escriba lee la sentencia. TELEPINU y otros dignatarios observan en silencio.
Observo en silencio. TUDKHALIYA se mantiene en silencio. No pedirá clemencia.
Un guerrero valiente como él no se arrodillara por un perdón, le conozco. Fue
uno de mis maestros, un hombre digno como pocos.
TELEPINU mi
padre ordena al verdugo darle muerte.
La espada
desciende sobre su cuello provocando un sonido seco que nunca olvidare. La
ejecución concluye con los últimos rayos del día. Un escalofrío recorre mi
cuerpo, me alejo temblando impotente, las lágrimas caen sobre mis mejillas y un
hombre justo acaba de morir.
continuara ...
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