El Pacto
Por Karlos Dearma.
Bob detuvo su
auto casi en la encrucijada de la ruta 61 con la 49, cerca de Clarksdale. Faltaban
aún cinco minutos para la medianoche.
El misterioso hombre negro del bar le dio instrucciones precisas: Era una oferta que no podía rechazar. Estaba arruinado. Había perdido todo lo que tenía
en una mano de cartas, los acreedores le buscaban (tal vez para matarle) y no podía
regresar sin el dinero.
Debía esperar.
Sacó un cigarrillo y lo encendió. Aspiró, llenando sus pulmones, y de manera
muy varonil lanzó una bocanada de humo. Pensó en su mujer y juró que no volvería
a sentarse jamás en una mesa de póker si ésta jugada daba resultado. Se engañaba.
Puntualmente
aquel hombre misterioso apareció de la nada, caminando. Se acercó a su ventana,
le mostró los billetes que traía en un bolso y con tono grave dijo: “Está todo,
ahora debes cumplir con tu parte”.
Sin dudar, Bob bajó del auto con un cuchillo,
hizo un corte en su mano derecha y sangrante se la extendió al desconocido: “Es
navidad, terminemos de una vez”.
Este microrrelato fue premiado por "El Circulo de Escritores" en su "Concurso de Navidad: La cara oculta"
Carlos, me ha encantado, un pacto de sangre con el diablo en Navidad...¡Que fuerte!
ResponderEliminarGracias Paola!!! me alegra que te haya gustado, saludos.
ResponderEliminarMuy bueno Carlos!!! El final es alucinante. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Ana!!! No se que me anda pasando que en los dos relatos que escribí les di el protagónico a los dos antagónicos por excelencia: Dios y el Diablo. Me di cuenta después de enviarlos, ja. Saludos!!!
EliminarMuy bueno, un final inesperado. Me gustó mucho, Carlos.
ResponderEliminarGracias Federico!!! Tus comentarios son muy estimulantes, saludos!!!
EliminarTremendo relato Carlos, me ha encantado. Un abrazo amigo
ResponderEliminarMe alegra Jorge!!! Abrazo y gracias por comentar!!!
Eliminar¡Vaya forma de pasar la navidad!
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