9 EL OASIS DE SAQ
Por Karlos Dearma.
El oasis de
Saq, camino de Canaán. Hemos dejado atrás hace dos días el mar Rojo. Y estamos
a tres días del próximo oasis. Sin embargo ese no es mi destino. Mis hombres y
yo somos la retaguardia de SALMANASAR. El grueso de la tropa ya ha partido.
Debemos cuidar las espaldas del ejército.
Se, por mis
informantes, que los egipcios vienen tras nuestro. Los comanda SETI de Abydos
uno de los mejores guerreros de TUTMOSIS, y de todo el Egipto. Debo hacerle
frente si es necesario. Confío en mis hombres pero preferiría evitar esto.
Junto a
nosotros esta la tropa de ZIGGUR, bárbaros montañeses del ELAM, en esta misión a
mi mando. No me gusta ZIGGUR: es un gigante bruto y mal llevado. No me inspira
la más mínima confianza. Pienso que
SALMANASAR lo dejo aquí exactamente por lo mismo. Solo entiende el lenguaje de
la fuerza y se me ocurre que tengo dos enemigos: SETI y ahora el animal
maloliente llegado del ELAM.
No tardamos
en chocar. Intenta darme él las órdenes:
-Bien
DUMUZI. Es hora de ponernos en marcha. Lo conveniente es salir al encuentro de
ese SETI, aplastar a los suyos y matarlo. Yo mismo lo haré.
-No haremos
nada de eso ZIGGUR. Estoy al mando y esperaremos unos días tal cual lo ordeno SALMANASAR.
-No voy a
esperar a que esa escoria egipcia nos sorprenda, iremos a buscarlo ya mismo. No
valen nada. Ordenare a la tropa ponerse en movimiento.
-Me estoy
empezando a fastidiar con tus gruñidos de cerdo maleducado ZIGGUR.
-¿Quién te
crees que eres para hablarme de esa manera y mandarme? Una mujercita como tu
DUMUZI debería quedarse como cortesana de los otros jefes del ejército y
satisfacer sus apetitos carnales.
Cierro mi
mano y lo golpeo con toda la fuerza en la cara. ZIGGUR cae con toda su
humanidad de espaldas. Aturdido, sin entender muy bien lo sucedido, intenta
levantarse pero no puede. Antes le aplico otro golpe y vuelve a caer. Sangra
profusamente de su boca y creo ver unos dientes ensangrentados en la arena.
Tengo brazos fuertes y aquellos que han conocido su fuerza han evitado ponerlos
a prueba más de una vez.
Llamo a
algunos de mis subordinados y se lo llevan. Intenta insultarme pero se desmaya.
Masajeo mi puño dolorido con satisfacción. Hace un tiempo quería poner a este
tipo en su lugar, exactamente de esta manera. Ahora vuelvo a tener un solo
enemigo. ¿Qué se traerá entre manos SETI?
9 EL OASIS DE SAQ II
Por Karlos Dearma.
El Oasis de
Saq, hacia allí vamos. Allí debe de estar SALMANASAR o debería, si es que no se
ha rajado. Es la única fuente de agua entre el Mar Rojo y el sur de Canaán. A
lo lejos podemos ver el verde de sus datileras.
Solo medio día más de viaje. El
perro de Ashur eligió el camino más corto y difícil, por el sur de GOSHEN, el
desierto. Podía haber saqueado MEMPHIS y no lo hizo.
No hemos
tenido novedad del resto de nuestro ejército en casi dos días. Situación
extraña conociendo el liderazgo de PEPI, y a mi amigo AMUN. Cuando lleguemos al
oasis esperare noticias. Inútil seguir en esta persecución sin más refuerzos.
Sin las suficientes fuerzas, poner distancia del Nilo, no es lo más
prudente. Por lo menos ahora. ANKH
comparte mis pareceres.
-SETI
supongo que te debe sonar extraño la falta de novedades de nuestro general.
-Sí. Es por
ello que pienso sentarme bajo la sombra de una palmera, beber cerveza y esperar
al mensajero.
-Ya queda
poco por beber. Me pregunto si encontraremos resistencias. Me estoy aburriendo
de este desierto y no me faltan ganas de golpear a algún hitita, o en su
defecto a algún pordiosero del Elam.
Sonríe y
debe ser el único que puede encontrar algo positivo de toda esta situación.
Estamos con las reservas de aguas (y cervezas) al límite.
-Estoy casi
seguro que encontraremos a algún grupo de SALMANASAR. Quizás tengas diversión
más pronto de lo que imaginas ANKH: Escoria de todas las naciones del norte.
Están allí aunque no los veamos aun. Enviare a un mensajero por AMUN. Tal vez
mañana tengamos novedades.
Nuestro guía
nativo se acerca: Esta nervioso. Los pastores de la región no están en los
campos. Ninguno de ellos nos ha salido al encuentro, como acostumbran. Toda la
situación me huele a una trampa. Estas montañas pueden ocultar a un ejército,
me dice. Lo sé muy bien pero trato de no alarmarlo.
-A partir de
aquí seguiremos la marcha en grupos más pequeños. Guardaremos distancias entre los grupos para
evitar encerronas. Marchare adelante.
-Le avisare
a los hombres, si la cosa se complica guárdame para mí a algunos hititas.
ANKH sonríe
y camina hacia sus soldados.
continuara ...
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