5 DUMUZI
Por Karlos Dearma.
SALMANASAR
intenta controlar a lo que queda de su ejército de 40 mil, poco. Se ha tomado
el tiempo de cortar las cabezas a una decena de desertores para demostrar autoridad.
No creo que sirva de algo, las deserciones siguen.
Mi nombre es DUMUZI caudillo
de mil, nací en MARI, soy mercenario y
llegue hasta aquí por el oro de Egipto. A decir verdad conseguí poco. No puedo
negar las cualidades militares de mi jefe pero la muchedumbre que manda nunca
fue un verdadero ejército. Sirvió contra los nómades del desierto y las desunidas ciudades de Siria y Canaán.
Pero los fenicios nos cerraron sus murallas y debimos resignarnos.
El país del
Nilo, contra lo que pensamos, supo organizarse mejor. Unos pocos líderes
guerreros bastaron para darles esperanzas a unos pocos miles de soldados y a un
montón de campesinos que casi no saben pelear. TUTMOSIS, PEPI, SETI son algunos
de sus nombres. Nombres que nos ofenden como un insulto, como una bofetada,
como la sed.
Detengo una
pelea por un pellejo de agua entre los míos cuando SALMANASAR llama a sus
jefes. La derrota enloquece a los hombres y los buitres del desierto vuelan
sobre nosotros esperando por su carroña: Quizás algunos más de nosotros pronto
lo seamos. Se hacen presentes su segundo
LIUMA líder de los Hititas, ARNE capitán de los hombres del norte, BIROS jefe
de los mercenarios Helenos, OG caudillo del desierto, ZIGGUR comandante de los
rudos montañeses del ELAM y yo. El resto se ha marchado con su poco de botín.
Es más que suficiente a la casi perspectiva de perder la cabeza si los egipcios
nos dan alcance.
SALMANASAR habla:
-Continuaremos
la retirada hasta Canaán. Podemos reagruparnos allí trayendo refuerzos de
Mesopotamia y Asiria.
-¿Reagruparnos?
¿Bastara el oro para comprar más soldados?-OG, mirándome, se permite ponerlo en
duda, la cercanía de la muerte suele darle valor a algunos hombres, como el
contradecir a nuestro cruel jefe.
LIUMA interviene:
-Lo mejor
es volver a Mesopotamia. La corte de
Tebas está dividida. TUTMOSIS no se arriesgara a perseguirnos tan lejos. Por
ahora.
Y BIROS
aporta:
-Tal vez
solo se contente con echarnos de Egipto. Pongamos primero distancia entre
TUTMOSIS y nuestros cuellos. Luego nos reorganizamos. No creo que Egipto se
olvide pronto de esto.
-Tarde o
temprano vendrán por nosotros.-Interviene ARNE acariciando su espesa barba
rubia-Mis hombres no tienen miedo de pelear pero son hombres del mar y no les
gusta este desierto. Un poco de descanso y unas mujeres no les caerán mal.
Luego enfrentaran a cualquier ejército.
Nuestro jefe
sabe que no puede contradecir en esto a sus capitanes aunque quisiera. No desea
un motín ahora. El oro nunca es suficiente en la derrota y las lealtades de los
soldados a sueldo suelen ablandarse si este escasea. Su sueño de conquistar
Egipto se le escapa.
Lleno de rabia, sin
levantar la vista SALMANASAR contesta:
-Entonces en
marcha hacia el Oriente ya mismo. En cuanto a ti DUMUZI te tengo “un trabajo”.
No me gusta
la forma en que lo dice.
continuara ...
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