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jueves, 14 de mayo de 2015

EL LOBO DE ANDROMEDA (Primer temporada completa)


El Lobo de Andrómeda I
Por Karlos Dearma.

My dear and beautiful Princess: Deseando que la salud te acompañe siempre, envío esta misiva como un primer informe de la situación acerca de nuestra expedición a  los territorios septentrionales.

Durante los últimos meses hemos viajado, como su gracia lo ha dispuesto, a la búsqueda de la gran estrella caída del cielo. Nuestros astrólogos estaban en lo cierto. 

Cruzando el Gran Mar Oriental, y en dirección al norte, abandonamos nuestros navíos para adentrarnos en la inmensa Isla de Lordimon.

Al final de tan adversa travesía alcanzamos el lugar en donde se produjo el impacto. La destrucción que hallamos es bien visible y sus resultados patéticos: Largos kilómetros de bosques han sido talados y quemados por el choque contra la Tierra de este gran artefacto llegado del espacio.

Porque de eso se trata según nuestros magos: Un artilugio construido enteramente de metal, capaz de viajar a las estrellas, movido por algún tipo de energía que aún nos es desconocida. Sé que esto puede resultarle increíble pero nuestros hechiceros siguen estudiando sus restos.

Los aldeanos muertos se cuentan por centenares, los sobrevivientes relatan historias que hielan la sangre. Sin embargo, no hemos encontrado rastros de los posibles tripulantes. Tal vez estén muertos o quizás hayan escapado. He enviado a nuestros dragones a explorar la región con órdenes de capturarlos, si es que los encuentran.

Algo no menos extraño es la aparición de un extraño animal parlante. Un especie de lobo negro que afirma ser uno de los pasajeros de la nave. Su nombre es Grul. Al parecer fue capturado para ser regalado, como mascota, al rey de un planeta llamado Doro: Si es que hemos de creer en su versión de los hechos. 

Todas nuestras leyendas nos advierten de lo taimados que pueden llegar a ser los lobos hablantes. Este no me inspira la más mínima confianza. Por precaución he dispuesto que lo mantengan encerrado en la jaula en donde viajaba.

Aún no ha probado bocado, lo que no deja de ser raro pues su única satisfacción, hasta ahora, ha sido el escuchar la lectura de los poemas extraídos de un libro escrito con letras de plata, su único equipaje. Nos ha pedido, con insistencia, que leamos los hermosos e hipnotizantes versos de una poetisa llamada Dalianegra. 

No es el único público afecto a estos versos: Mis guerreros también disfrutan de las lecturas y, por la calidad sublime de los mismos, avizoro un nuevo poemario a incluir entre nuestras tradiciones (pronto le haré llegar la copia manuscrita de los mismos; mi amanuense está abocado a ello).

Cuando le pregunte el porqué de su gusto por ellos, me refirió que le hacían recordar a su amor perdido y la belleza de su tierra: Un planeta de una remota galaxia llamada Andrómeda. Al final de su relato emitió un estremecedor aullido de lobo enamorado y luego quedó plácidamente dormido (lo hace siempre al final de cada lectura).

He ordenado a mis marinos acercar los bajeles a esta zona costera de Lordimon.  El viaje a pie, a través de los frondosos bosques de la isla, nos insumió cerca de un mes. Pretendo abandonar estos parajes antes que el odioso invierno de estas latitudes nos alcance. Pronto tendrás más novedades de este viaje.
Desde las oscuras colinas de Lordimon te saluda con afecto, Jona.



El Lobo de Andrómeda II

Mi muy querida Princesa: Vuelvo a escribirte, esta vez con mucho pesar, desde este lejano rincón de Lordimon, deseando que la salud y la dicha te acompañen.

En los últimos días han surgido inquietantes novedades acerca del singular ingenio llegado desde el espacio.

La aparición de un nuevo lobo hablante (un blanco llamado Syl) y las consecuencias del trágico encuentro con el animal aún nos golpean. Mis guerreros hallaron en las colinas norteñas, lejos de la zona central del impacto, una capsula de metal con una jaula en su interior en la que estaba encerrado este infame pasajero. 

Tentados por la labia de este pérfido rufián y confiados en la docilidad del mismo le liberaron siendo la mitad de ellos devorados por esta bestia terrible. Luego se dio a la fuga.

He decidido salir en su búsqueda a sabiendas de que no puedo dejarle libre en estas comarcas. Grul, criticando nuestra imprudencia, pues en sus tierras es conocida la ferocidad de los blancos, ha reprobado esta actitud pero ofreció sus servicios en pos de la captura del despreciable Syl. Aun no confío totalmente en él pero decidí arriesgarme: Nos acompañara.

Mis guerreros están asustados. La inquietud y la tristeza me invaden. Debo abocarme a la penosa tarea de escribir a los familiares de los muertos; Luego nos dedicaremos a perseguir al fugitivo, pues, por el bien de los aldeanos, debemos darle caza al blanco.

 He hallado extraño consuelo en las palabras de Grul que, desde el principio, intento consolarnos de nuestros pesares.

Partiremos ni bien mis dragones hayan repuesto fuerzas. La premura de los tiempos nos acosa: Antes de lo deseable arribara el invierno.  

Pronto te haré llegar una nueva misiva con las novedades de la expedición.

Desde los lejanos bosques de Lordimon te saluda con cariño, Jona.




El Lobo de Andrómeda III

Mi muy amada Princesa Roxana: He recibido con felicidad uno de los halcones que me enviaste. Las nuevas de la capital han aliviado mi pesado estado de ánimo y leer tu misiva a traído renovada alegría a mi corazón.

Nos hemos lanzado hacia el inhóspito norte a la caza del pérfido lobo llamado Syl. Debo deciros que Grul nos ha sido de mucha utilidad: Ha dado con el rastro del blanco y en esa persecución nos hallamos en estos momentos.

Los primeros fríos del invierno comienzan a golpearnos con sus inclemencias. No obstante estoy decidido a continuar con la misión que me impuse. Los relatos de Grul acerca de la maldad de Syl nos llenan de espanto y si bien aún estoy construyendo una relación de confianza con el lobo negro, puedo apreciar, por su accionar y tono de voz, la angustia ante la posibilidad de que Syl escape.

En sus relatos me ha contado acerca de la eterna enemistad entre los lobos negros y blancos. Estos últimos aliados a los designios malignos de un mago llamado Ogul y los negros haciendo juramento de lealtad a un príncipe de Andrómeda llamado Korpus. 

Entre ellos el Clan de los lobos grises mantiene una endeble neutralidad. Todos mantienen una lucha perenne por el poder del planeta conocido como Wolf.

Otra novedad ha acrecentado mi alarma: Según me refirió, ante este tipo de eventualidades, la nave en la que viajaba posee un cofre que envía una señal a su planeta de origen, Doro (no lo hemos encontrado). Lo que hace presumir un posible rescate de esta por parte de los partidarios de su rey: Un tal Negusmer. 

Posibilidad que inquieta, por razones obvias, a Grul y también a quien suscribe estas líneas.

¿Qué clase de conciencia o civilización tiene la inteligencia como para construir semejante artilugio capaz de volar hacia las estrellas? ¿Que nos sucedería a ambos pueblos si nos está dado encontramos? ¿Tenemos razones para alegrarnos con esa posibilidad o debemos recelar de ello?

Por su parte la toma de conciencia acerca del imposible de salir de Vinlandia ha hecho algo de mella en el ánimo del lobo parlante; no existe entre nosotros nave capaz de llevarlo de regreso. En nuestras conversaciones acerca de su tierra de origen adivino cierta nostalgia, congoja solo atenuada por los versos de Dalianegra de los que me vuelto un ávido lector. 

He descubierto en el poemario a otras autoras de tanta valía y magnificencia como ella, entre ellas a una avezada poetisa llamada Silza. ¿Cómo puede ser posible que un solo libro traiga tanta dicha a nuestros corazones? ¿Será como dice nuestro poeta, Hidalgo Lobato, que la poesía es lo único que puede salvar a la humanidad? 

Tuve la oportunidad de recitarle a Grul algunos de sus versos e inmediatamente manifestó su admiración por ellos, lo que no me sorprende.

 Pronto recibirás de mí más novedades, seguiremos en nuestra persecución. Ni bien tu halcón haya descansado lo enviare de regreso.  Desde las frías tierras del norte te saluda con afecto, Jona.


El Lobo de Andrómeda IV

Mí estimadísima y muy querida Princesa Roxana: Deseando que la salud y la dicha te acompañen vuelvo a escribirte desde este desolado rincón del norte.

Hemos continuado con la persecución del lobo blanco y, si bien estamos sobre el rastro del cruel Syl, aún no le dimos caza. Grul se muestra optimista: Los blancos, según me refirió, no son animales adaptables; lo que facilitaría nuestro accionar (no es este su territorio, ni su planeta) La cacería debería entonces resolverse a nuestro favor. 

He tomado la precaución de traer nuestras cerbatanas y cargar una buena cantidad de dardos soporíferos: Lo quiero vivo para llevarle de regreso y hacerle responder por sus crímenes; uno de nuestros carros jaula está listo para encerrarle.

El viaje hasta las latitudes septentrionales ha hecho mella en las energías de los hombres a mi mando. Trato de arengarles de manera permanente pues si terminamos con nuestra misión, bien pronto, volveremos a casa. 

La cercanía con los territorios de las tribus nómades es algo que inquieta a mis guerreros: Sobradamente conocida es su ferocidad en la pelea y la agresividad hacia los sureños siempre fue notoria. 

Nuestros antepasados deben de tener la culpa de ello: Sucesivos errores en el trato con los hombres de los hielos han dejado un permanente recelo entre ambos pueblos. Pero no estoy aquí en busca de una reconciliación.

El rastro de Syl nos lleva en esa dirección y en la del Castillo Oscuro: Último bastión de tus dominios en el norte. Los Mazzoccone lo han defendido por siglos de las excursiones de los errantes del hielo. He enviado una misiva a su jefe, Lord Richard, y me ha respondido bien pronto: Nos espera y ofrece su colaboración.

Hay rumores que dicen que algunos de los pedazos de la nave caída del cielo se estrellaron en estas tierras. Sé que parece increíble pero es así según lo afirman nuestros magos. La violencia del impacto fue tal que quizás hallemos restos a varios días de distancia del impacto principal: Aun pienso en la posibilidad de encontrar el cofre que me refirió Grul, el que envía las señales a Doro. 

Y una pregunta todavía no tiene respuesta: ¿Qué sucedió con sus tripulantes? ¿Lograron escapar? No hay rastro de ellos a pesar de los vuelos incesantes de mis dragones batiendo la región.

Un hecho singular ocurrió en la noche: Una gran bola de fuego cruzo los cielos en dirección al sur. El suceso ha dado pie a acaloradas discusiones entre los hechiceros.

 Las opiniones se dividen entre los magos que sostienen que se trata de un simple aerolito de los que cada tanto caen de los cielos y los que piensan que se trata de otro artilugio similar al que vinimos a buscar. Esta última posibilidad es inquietante. Ten la amabilidad de avisarme si es que tienes novedades a ese respecto.

Las próximas cartas quizás las envía a través de los albatros: Los halcones no pueden volar a tan altas latitudes y aquellas aves parecen disfrutar del frío. Pero eso hará que los mensajes viajen más lento. 

He continuado con la lectura de los bellos versos compuestos por Silza. Gracias a ellos nos hemos mantenido unidos alrededor del fuego (los leo en voz alta a mis guerreros) y recuperamos la alegría, luego de un día de sacrificada marcha y en esta noche inclemente de Lordimon. Tú sabes lo nostálgicos que solemos ponernos los Vinlandeses cuando nos alejamos de nuestras familias.

Sin más novedades por ahora, te saluda con cariño. Jona.



El Lobo de Andrómeda V

Mi muy ilustre y amada Reina Roxana: He recibido con alegría la noticia de tu entronización con el dejo de tristeza que me queda por haber estado ausente. Me consuela el hecho de estar, por tu propio encargo, en esta vital misión de exploración. 

Te envío mis más calurosas felicitaciones y los mejores deseos para la nueva etapa que se inicia en Vinlandia; todos estaremos a tu servicio para que así sea. El tiempo que le has dedicado en tu última carta a todos los detalles me hizo sentir casi presente en la misma, a pesar de estar tan lejos.

La novedad que me envías acerca de la caída de un nuevo artilugio llegado de los cielos nos ha sobrecogido. El lobo negro, al enterarse, lanzo un aullido que nos estremeció. 

Grul estaba casi seguro, contra la opinión de algunos de nuestros magos, que se trataba de otra nave (el cofre estaba haciendo su trabajo), solo faltaba una confirmación y tu carta llego en el momento justo. 

Espero que me tengas al tanto de todas las noticias acerca de este descenso, solo deseo terminar con esto lo más pronto que pueda.
Grul lo ha tomado como una declaración de guerra: Desde el primer momento me ha compelido a regresar a la capital pues, según él, las intenciones de Negusmer no pueden ser buenas. Lo que nos ha inquietado. 

Estoy listo para regresar, si es necesario, en cuanto me lo pidas.

Al fin logramos alcanzar los dominios de Lord Richard. El Castillo negro es magnífico y los Mazzoccone son los mejores anfitriones. Hemos sido recibidos con un gran banquete y, enterado de los detalles de nuestra misión, Lord Richard nos ha ofrecido los servicios de sus mejores exploradores: Mañana mismo partiremos. 

Esta vez siento que el final de nuestra misión se acerca. Mantenme informado de cualquier novedad.

Quieran los dioses que este nuevo comienzo sea de dicha y renovadas glorias para ti y tu familia. Desde el Castillo Oscuro te saluda cordialmente, Jona.

PD: Justo antes de enviarte este albatros una nueva noticia ha renovado nuestro entusiasmo: Hemos localizado a Syl. Los dragones lo han visto en el interior de un valle sin salida llamado: “La garganta del diablo”. 

Los soldados de Lord Richard se han adelantado y lograron cerrar la única posible vía de escape: Esta vez el lobo blanco está atrapado (solo es cuestión de tiempo) Grul bulle de ansiedad; en estos momentos estamos en camino y el lobo negro parecer querer adelantarse a los nuestros. 

Le he contenido pues el ser prudentes se impone: no hemos olvidado la crueldad de la matanza que hizo Syl entre los nuestros. Pronto espero poder enviarte más novedades, espero que las mejores.



El Lobo de Andrómeda VI

Mí querida Reina: ¡Los dioses sean loados! Vuelvo a escribirte y esta vez para darte las mejores noticias. Con la invaluable ayuda de Grul logramos capturar al taimado lobo blanco. 

El encuentro no estuvo exento del derramamiento de sangre pero, por fortuna, no lamentamos la perdida de ninguna vida. Los heridos se recuperaran y el lobo negro (herido en el singular combate con su némesis) también.

Las cerbatanas decidieron al final todo. 

Logramos dormir al embravecido blanco (también recibió heridas en la lucha) para luego encerrarlo en el carro jaula. 

Allí está ahora lanzándonos maldiciones e intentando sembrar la discordia entre nosotros: Ha llegado a afirmar que Grul es un peligro para nuestra humanidad, que nos ha timado con sus mentiras y que él es solo un inocente a quien capturaron para ser encerrado en el coto de caza de un Rey tiránico (Negusmer). 

Intento disculparse del asesinato de mis soldados argumentando que se sintió amenazado. ¿Quién tiene la verdad?

Algo es bien cierto: Syl es culpable de la muerte de una veintena de mis hombres y, reprimiendo mis deseos de matarle, lo llevaré ante ti para que decidas que hacer con él. 

Además ha devorado a muchos campesinos, llenando de terror la comarca.

 Afortunadamente aquello no volverá a suceder. Los pastores salen a recibirnos en nuestro camino de vuelta para darnos las gracias por ello.

Hemos emprendido el regreso hacia el sur. Las primeras nieves del invierno nos cubren con su manto de blancura, los silenciosos bosques se vuelven hostiles y los helados caminos difíciles; he decidido no perder más tiempo. 

Nos hallamos a dos días de la costa más cercana. Envié la orden a nuestros barcos de acercarse para poder abordarlos y regresar a casa: Los hombres de Lord Richard nos escoltaran hasta allí. Debo deciros que llevo cuantiosos y bellos regalos para ti de su familia. 

Los Vinlandeses están orgullosos de tu reinado, y a cada paso recibo sus muestras de afecto: Te los entregaré en persona.

Aún no he recibido la respuesta a mi anterior carta. Sigo preocupado y espero novedades acerca del segundo objeto llegado de los cielos. Quieran los dioses que el tiempo nos acompañe para poder regresar pronto. Volveré a escribirte en cuanto pueda.

Desde el “fin del mundo y más allá” te envía sus saludos cordiales, Jona.

PD: Azorado, acabo de recibir a uno de los albatros que me enviaste de regreso. Las novedades nos han llenado de espanto: La invasión del ejército llegado de los cielos y la guerra sin piedad desatada contra nuestro pueblo han apenado y enfurecido a nuestros corazones. 

Los peores presentimientos que teníamos al respecto se han cumplido: Grul nos lo había dicho y lamento no haberle dado a sus palabras de advertencia la dimensión que merecían. 

Redoblamos los esfuerzos para llegar hasta nuestros bajeles pronto y regresar a la capital para ponernos a tu disposición en la lucha que acaba de comenzar. El lobo negro ha ofrecido, de nuevo, su experiencia y sus servicios para las batallas que se avecinan. 

Toda la ayuda posible será puesta en pie de guerra. Mi reina: Espero estar pronto a tu lado para servirte como mejor pueda, nuestras espadas están listas.


El Lobo de Andrómeda VII

Mi amada Roxana, Reina de todos los Vinlandeses: Quisiera hacerte llegar las mejores noticias en estos tiempos tan nefastos para nuestro pueblo pero hoy no podrá ser así.

Luego de despedirnos de la escolta de Lord Richard iniciamos presurosos el camino de regreso a la capital. Tal como te había contado en la última de mis cartas nuestros navíos nos esperaban en el lugar acordado. 

Logramos abordar a toda la comitiva y antes de que las ultimas luces de la tarde huyeran de nosotros nos pusimos en camino.
La noche nos trajo una de las peores tormentas que recuerdo. La fuerza del vendaval, que nos azotó por horas, fue tal que fuimos arrojados a la costa de una isla que al principio nos pareció desconocida. 

Perdimos el rastro de los otros barcos mientras que el nuestro encalló contra el escarpado litoral haciéndose pedazos. La mañana nos mostró su peor cara: Contamos a los muertos y desaparecidos por decenas. 

Nuestro pesar es incontable.

Estoy todo lo bien que podría alguien estar en nuestra situación. Grul está a salvo pero Syl ha escapado. Es lo que menos me importa ahora. Trato de darles ánimos a mis guerreros (algunos de ellos muy heridos) y, también, dármelos a mí mismo: Los malos sucesos no terminan aquí.

Por la tarde, y cuando aún estábamos tratando de socorrer a los heridos y rescatar a los perdidos, fuimos emboscados por dos naves voladoras (a las que el lobo negro llamó “Hellacopteros”) y un grupo de infantes que, juntos, descargaron sobre nosotros una lluvia infernal de proyectiles de fuego y plomo.

 Muchos de los nuestros cayeron pero los superamos en número y el único dragón que conservamos destruyó a los dos artilugios volantes, emparejando la cantidad de bajas en ambos bandos. 

Puedes estar orgullosa de la forma cómo se batieron tus guerreras y guerreros. El resto de los atacantes escapó.

Según el lobo negro son los soldados de Negusmer (Grul reconoció a algunos de ellos como tripulantes sobrevivientes de la nave que vinimos a buscar, hallamos el cadáver de su jefe entre los muertos)

La catástrofe en estos momentos no podía ser peor. Sin embargo, tanto nuestros nuevos enemigos como nosotros, estamos aislados en esta isla (uno de los marinos cree que se trata de Greenland: Si mis conocimientos de geografía e historia no fallan, coto bajo el dominio de la familia Sanders)

Debemos suponer que recibirán ayuda antes que nosotros, su tecnología volante nos supera.

 Por eso he decidido adentrarme en el interior de Greenland para ponernos a salvo y buscar la ayuda de los Sanders. Perdidos en el naufragio todos los halcones y albatros disponibles, y los contactos con el resto de las naves (¡Quieran los dioses se encuentren bien!), decidí enviarte este mensaje con el único dragón que nos acompaña.

Sé que las posibilidades de rescate son mínimas o tardarían meses en darse. En nombre de los Vinlandeses a mi mando quiero reafirmar nuestra fidelidad a tu persona y renovar el juramento que te hicimos, lejos de poder auxiliarte en lo inmediato, haremos todo lo posible por no defraudarte en estos tiempos difíciles.

Con el afecto de siempre te saluda, Jona.



El lobo de Andrómeda VIII

Greenland, Año nuevo de 1345,
Mí querida Reina:

Recibimos el nuevo año sin ningún tipo de festejo, huyendo a través de los bosques de Greenland, desconociendo el lugar en donde ahora nos encontramos. 

Sería apropiado decir que estamos perdidos pues mi memoria acerca de la geografía de Greenland proviene de los libros y dista de ser perfecta. Nadie más aquí es maestro en las artes de la geografía y perdimos a todos nuestros hechiceros.

Tengo algunos puntos de referencia: Delante nuestro una gran montaña aislada en dirección al sur (es posible que se trate del Monte Ady Alonit, una inmensa roca hecha de mineral ferroso, principal fuente de riqueza de estas tierras), tal vez a siete jornadas de distancia de donde acampamos. A este y oeste dos cordilleras corren de manera paralela y por delante un camino que se bifurca. Uno, mas “seguro”, atraviesa las Tierras gobernadas por los Sanders. 

En la otra dirección, la ruta se adentra hacia el interior del Valle de los Trolls: Esos gigantes voraces con que nos asustaban nuestros mayores en los relatos de la infancia. Nunca ninguno de nosotros vio uno real.

Perseguimos a los hombres de Negusmer que escapan delante de nosotros hasta aquí. Sus sobrevivientes, dos decenas de guerreros doritas tal vez, se han dividido siguiendo caminos diferentes. ¿Por qué? No lo sé. 

Por algún motivo se dirigen hacia la misteriosa montaña. Las huellas indican que Syl, el lobo blanco, va con ellos y en el grupo que eligió el camino que lleva a los Trolls.

También he decidido dividir a mi tropa: Enviaré a algunos al país de los Sanders con la misión de buscar ayuda, el resto me acompañará tras el rastro de Syl. 

Grul se ha mostrado complacido con mi decisión: A pesar de los malos tiempos que nos tocan vivir cree que nuestra principal misión, en esta tierra perdida del resto de los hombres, pasa por volver a capturarle, o matarle si es posible.

No recibo noticias tuyas desde antes del último dragón que te envié, lo que me llena de preocupación. El haber rescatado a uno de nuestros halcones me ha posibilitado enviarte esta nueva misiva. 

Junto con él hemos recuperado a una docena de mis guerreros que estaban perdidos desde el naufragio y que, por fortuna, se hallan sanos y salvos. Una buena noticia en estos tiempos de desventuras.

Trato de animar a la desmoralizada tropa confortándoles con las lecturas del mágico libro de poemas. Lo hago cada noche recitando versos antes de dormir a la vera de las fogatas: Es una manera de sentirnos unidos, seguros y más cerca de casa.

Esperando más novedades; Desde las soledades del norte te saluda cordialmente, Jona.

PD: Un grupo de mis exploradores han localizado esta misma mañana el campamento de los hombres del espacio. Sin entablar combate regresaron como les ordené para darme las nuevas. 

La tropa de Negusmer se está comportando de manera imprudente, o ni siquiera imaginan que estamos persiguiéndoles. Syl está con ellos. Hacia allí me dirijo ahora, no dejaré pasar la oportunidad de liquidarles y atrapar al lobo blanco si puedo. Esa escoria del espacio exterior recibirá su merecido castigo. Más tarde te enviaré las novedades.

PD2: ¡Al fin, volvimos a capturar al blanco y hemos derrotado a nuestros enemigos! Pudimos emboscar a los doritas en una quebrada, dando muerte a cinco de ellos y capturando al resto. Ahora nos dirigimos a los dominios de los Sanders: Espero obtener de ellos una embarcación para poder marchar hacia el Sur.

Recibí con inmensa alegría al dragón que me enviaste de regreso. Extrañaba a mi “escupe fuego” pero aún más añoraba tus palabras. Me alegra que te encuentres sana y salva. 

Lamento la perdida de la capital pero créeme que estaré junto a ti para unirnos en la lucha por la liberación de nuestra tierra de estos invasores. ¡Quieran los dioses que así sea! 

Los Vinlandeses a mi mando solo quieren regresar para pelear a tu lado y soy uno de los más entusiastas. Pronto espero poder estar junto a ti.

Con el mayor de los cariños te saluda, Jona.



El Lobo de Andrómeda IX

Mi bella Reina: Quería volver a escribirte para darte las mejores novedades pues hemos llegado sanos y salvos a los dominios de los Sanders pero nuestra situación cambio súbitamente. 

Debo deciros que he metido la pata y de la manera más tonta e inocente. Ahora estamos en problemas. Y lo que es peor: Soy el único responsable de lo sucedido.

Como te conté en la última misiva, capturamos al pérfido lobo blanco y nos hallábamos empeñados en regresar al sur, previo paso por los dominios de los Señores de Greenland.

 Envié mensajeros a los Sanders, como lo dictan todos los manuales de diplomacia, y recibí el visto bueno para visitar su comarca. Mi ignorancia de las tradiciones de los greenlandeses nos jugó una muy mala pasada ni bien nos hicimos presentes en la Fortaleza Alexandra (Cuartel general de los Sanders).

Por precaución ordené encadenar a Syl para evitar algún contratiempo (la ferocidad del blanco nos enseñó que debíamos ser cautos) y así entramos en la ciudad conduciéndole en un carro jaula. 

La reacción negativa de los greenlandeses fue inmediata: Turbas de campesinos y citadinos enfurecidos (era día de feria y la concurrencia multitudinaria) comenzaron por insultarnos y arrojarnos piedras a nuestro paso. 

¿El motivo? Los lobos son animales venerados y sagrados en estas tierras y es un lobo el emblema que ondea en los pabellones de esta nación. 

¿El pecado que cometimos? ¡Sacrilegio!, ¡Menuda ignorancia la nuestra! 

Los intentos que hicimos por apaciguar a la población fueron inútiles. Debimos ser rescatados por los soldados de Sir Jean Sanders, señor de estas tierras. 

Y lo que faltaba: Nos hallamos ahora recluidos en la Torre Negra, como prisioneros de la ciudad.

Jean Sanders está dispuesto a recibirme, sabiéndome enviado de su majestad y de los tiempos desdichados que nos tocan vivir. Pero esto no será hasta dentro de unos días. 

Su enviado me ha informado que costará un tiempo apaciguar los ánimos de los greenlandeses por nuestra conducta. Ante mis suplicas, la respuesta ha sido que: -Deberá ser paciente, no puede culpar a mi señor: Le toca gobernar a un millón de supersticiosos y le llevará un tiempo calmar a un pueblo que exige vuestras cabezas como trofeos-. 

Las tradiciones dicen que debemos ser enjuiciados por impiedad y herejía, llegado el momento tendremos que dar explicaciones por nuestra “actitud”. La tenemos difícil.

¡El tiempo es tirano y no es lo que nos sobra! ¡Los dioses me castigan! 

Ahora mismo somos los encarcelados y el taimado Syl ha sido liberado, paseando libre entre la población y dedicando sus esfuerzos a difamarnos. 

¡Como podrás imaginar el lobo parlante es la nueva gran atracción de Ciudad Alexandra!

La conducta extraña de Grul también nos ha dejado perplejos. Pudiendo hablar en nuestro favor y ayudarnos no lo ha hecho. Y no solo eso: El lobo negro ha escapado. ¿Por qué semejante actitud? ¿Qué pretende abandonándonos aquí? 

Aun no tengo respuestas. El enviado me ha dicho que sus hombres lo han seguido hasta la entrada del Valle de los Trolls.

Me han permitido enviarte esta misiva y espero tu pronta respuesta. Tal vez puedas ayudarnos en este difícil trance aunque no más sea enviando tus recomendaciones a Sir Jean.

Desde Ciudad Alexandra te saluda con cariño, Jona.

PD: Ha habido un giro inesperado en nuestra situación. En la tarde de ayer Sir Jean se ha dignado recibirme. 

Habiéndole contado con detalles todas nuestras peripecias debí aceptar la única oferta que me hizo para salir de nuestra situación: Debo llevar delante de él a Grul para que interceda por mí y mis hombres. 

Para ello he obtenido el permiso de ir en la búsqueda del lobo negro al Valle de los Trolls. En la mañana partiré solo. Es la única opción que me permitirá salir de aquí y volver a verte pronto. 

Ruega a los dioses por mí y el éxito de mi misión. Si no regreso a tiempo los míos serán enjuiciados y como su líder seré el único condenado a muerte. 

FIN DE LA PRIMERA TEMPORADA



5 comentarios:

  1. Hola!!
    Hacía tanto que no me pasaba por aquí que las cartas se me han multiplicado como setas ^^ me leí has la quinta y espero ponerme al día pronto!! Me gustan mucho! ! Felicidades. Un saludo

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  2. Hola!!
    Hacía tanto que no me pasaba por aquí que las cartas se me han multiplicado como setas ^^ me leí has la quinta y espero ponerme al día pronto!! Me gustan mucho! ! Felicidades. Un saludo

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    1. Tienes tiempo amiga, las novedades se leen rápido, gracias por comentar. Besin.

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  3. Hola Carlos, leí unos capítulos que me faltaban, ¿qué pasará con Jona y los suyos en la segunda temporada? seguro un montón de aventuras y acción.
    Abrazos!

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    1. La historia esta abierta a nuevas aventuras amiga, depende en parte de los Sanders je je, me alegra que estés al día. En algún momento volverá el halcón mensajero o el dragón "escupefuego". Avisaré, abrazos.

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