22 LA CAMPAÑA DE ARZAWA
Por Karlos Dearma.
Amanece en
la estepa. Los campesinos van hacia sus campos y la blanca ciudad comienza a
despabilarse. Hattusas, como no queriendo despertar de su sueño, comienza el
nuevo día somnolienta. Los sirvientes de palacio avivan los fuegos, los últimos
vientos del invierno recorren sus fríos pasillos. Estoy listo para partir hacia
Arzawa con el ejército.
Aplastada la insurrección en la meseta, ejecutados sus
cabecillas, finalmente TELEPINU volverá para reclamar lo que él cree le
pertenece.
Durante el reinado de mi abuelo HATTUSILLI,
Arzawa y Kizzuwadna eran parte del imperio. Y nos enviaban tributos. Con las
luchas entre mi padre y sus hermanos por el trono ambas naciones sometidas
soltaron las sogas que las ataban a Hatti. Ahora TELEPINU quiere volver a
anudarlas.
Arzawa en el Oeste es su primer objetivo. Kizzuwadna en el Este
también, pero puede esperar: Su cercanía
a Mittani le obliga a ser más cauto, por el momento. Queda pendiente una
alianza con Egipto para ocuparse de esos asuntos.
El deshielo apenas comenzó:
No es la mejor época del año para comenzar una campaña pero eso no disuadirá a
mi padre. Ha adelantado todos los rituales invernales, recibido a los
embajadores de las naciones del imperio con sus tributos, ha recorrido todas
las provincias. En fin: No dispone de más
tiempo para perder, o por lo menos eso cree.
Mi hermano
MURSHILLIS comandara una de las divisiones, yo acompañare a mi padre con otra.
El príncipe SHUBILULIUMA se nos unirá en el camino con otra división. Se supone es lo mejor que tenemos para tomar
Arzawa,… quizás sea así. TUDKHALIYA el último de los grandes hombres de Hatti
ha muerto. El resto vale poco. La guerra civil se llevó a demasiados.
La única
cualidad comprobable de mi hermano MURSHILLIS es la crueldad. Es un buen
guerrero y ha comandado hombres antes pero reúne los peores atributos de cualquier
nobleza: es arrogante, autoritario y altanero. Quizás eso le sirva para ser rey
algún día: Antes debería liquidarme. Temo por el futuro de Hatti si sucede.
SHUBILULIUMA es solo uno más, competente, astuto, con aspecto de truhán,
integra una de las familias más poderosas del país. Apoyo a mi padre contra las
pretensiones de sus hermanos, ahora comanda un ejército. No confío en él.
Mi madre
HANNA y mi hermana ARINNA nos observan en silencio desde la muralla. Estamos
listos. TELEPINU ordena comenzar la marcha. Los carros y jinetes inician el
viaje. La infantería los sigue. Inmóvil por un rato los veo pasar, hago girar a
mi caballo para unírmeles y me pongo en marcha, siento que alguien grita mi
nombre.
-¡MUWATALLIS!
Me vuelvo.
Es mi hermana ARINNA que quiere despedirse. Agita sus manos y mi madre la
imita. No saben lo que pienso de todo esto, no puedo evitar sonreírles. Levanto
mi mano y me despido. Giro y salgo con velocidad hacia la vanguardia para
unirme a mi padre. Ellas serán las encargadas de recibir a la embajada de
Egipto en nuestra ausencia.
continuara ...
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