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jueves, 18 de diciembre de 2014

SETI, EL EGIPCIO /// Capitulo 9


9   EL OASIS DE SAQ
Por Karlos Dearma. 

El oasis de Saq, camino de Canaán. Hemos dejado atrás hace dos días el mar Rojo. Y estamos a tres días del próximo oasis. Sin embargo ese no es mi destino. Mis hombres y yo somos la retaguardia de SALMANASAR. El grueso de la tropa ya ha partido. Debemos cuidar las espaldas del ejército.

Se, por mis informantes, que los egipcios vienen tras nuestro. Los comanda SETI de Abydos uno de los mejores guerreros de TUTMOSIS, y de todo el Egipto. Debo hacerle frente si es necesario. Confío en mis hombres pero preferiría evitar esto.

Junto a nosotros esta la tropa de ZIGGUR, bárbaros montañeses del ELAM, en esta misión a mi mando. No me gusta ZIGGUR: es un gigante bruto y mal llevado. No me inspira la más mínima confianza. Pienso  que SALMANASAR lo dejo aquí exactamente por lo mismo. Solo entiende el lenguaje de la fuerza y se me ocurre que tengo dos enemigos: SETI y ahora el animal maloliente llegado del ELAM.  

No tardamos en chocar. Intenta darme él las órdenes:
-Bien DUMUZI. Es hora de ponernos en marcha. Lo conveniente es salir al encuentro de ese SETI, aplastar a los suyos y matarlo. Yo mismo lo haré.
-No haremos nada de eso ZIGGUR. Estoy al mando y esperaremos unos días  tal cual lo ordeno SALMANASAR.
-No voy a esperar a que esa escoria egipcia nos sorprenda, iremos a buscarlo ya mismo. No valen nada. Ordenare a la tropa ponerse en movimiento.
-Me estoy empezando a fastidiar con tus gruñidos de cerdo maleducado ZIGGUR.
-¿Quién te crees que eres para hablarme de esa manera y mandarme? Una mujercita como tu DUMUZI debería quedarse como cortesana de los otros jefes del ejército y satisfacer sus apetitos carnales.

Cierro mi mano y lo golpeo con toda la fuerza en la cara. ZIGGUR cae con toda su humanidad de espaldas. Aturdido, sin entender muy bien lo sucedido, intenta levantarse pero no puede. Antes le aplico otro golpe y vuelve a caer. Sangra profusamente de su boca y creo ver unos dientes ensangrentados en la arena. Tengo brazos fuertes y aquellos que han conocido su fuerza han evitado ponerlos a prueba más de una vez.

Llamo a algunos de mis subordinados y se lo llevan. Intenta insultarme pero se desmaya. Masajeo mi puño dolorido con satisfacción. Hace un tiempo quería poner a este tipo en su lugar, exactamente de esta manera. Ahora vuelvo a tener un solo enemigo. ¿Qué se traerá entre manos SETI?

9  EL OASIS DE SAQ II
Por Karlos Dearma.

El Oasis de Saq, hacia allí vamos. Allí debe de estar SALMANASAR o debería, si es que no se ha rajado. Es la única fuente de agua entre el Mar Rojo y el sur de Canaán. A lo lejos podemos ver el verde de sus datileras.

Solo medio día más de viaje. El perro de Ashur eligió el camino más corto y difícil, por el sur de GOSHEN, el desierto. Podía haber saqueado MEMPHIS y no lo hizo.
No hemos tenido novedad del resto de nuestro ejército en casi dos días. Situación extraña conociendo el liderazgo de PEPI, y a mi amigo AMUN. Cuando lleguemos al oasis esperare noticias. Inútil seguir en esta persecución sin más refuerzos. Sin las suficientes fuerzas, poner distancia del Nilo, no es lo más prudente.  Por lo menos ahora. ANKH comparte mis pareceres.

-SETI supongo que te debe sonar extraño la falta de novedades de nuestro general.
-Sí. Es por ello que pienso sentarme bajo la sombra de una palmera, beber cerveza  y esperar  al mensajero.
-Ya queda poco por beber. Me pregunto si encontraremos resistencias. Me estoy aburriendo de este desierto y no me faltan ganas de golpear a algún hitita, o en su defecto a algún pordiosero del Elam.

Sonríe y debe ser el único que puede encontrar algo positivo de toda esta situación. Estamos con las reservas de aguas (y cervezas) al límite.

-Estoy casi seguro que encontraremos a algún grupo de SALMANASAR. Quizás tengas diversión más pronto de lo que imaginas ANKH: Escoria de todas las naciones del norte. Están allí aunque no los veamos aun. Enviare a un mensajero por AMUN. Tal vez mañana tengamos novedades.

Nuestro guía nativo se acerca: Esta nervioso. Los pastores de la región no están en los campos. Ninguno de ellos nos ha salido al encuentro, como acostumbran. Toda la situación me huele a una trampa. Estas montañas pueden ocultar a un ejército, me dice. Lo sé muy bien pero trato de no alarmarlo.

-A partir de aquí seguiremos la marcha en grupos más pequeños.  Guardaremos distancias entre los grupos para evitar encerronas. Marchare adelante.
-Le avisare a los hombres, si la cosa se complica guárdame para mí a algunos hititas.

ANKH sonríe y camina hacia sus soldados.

continuara ...




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