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jueves, 19 de febrero de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capitulo 55


55  LAS MURALLAS DE NAPATA
Por Karlos Dearma.

El ejército está formado, solo esperamos la señal para atacar. TUTMOSIS, como corresponde, dará la orden. Miro las caras de mis hombres: Veo coraje, veo ansiedad, veo miedo. 

Los entiendo: Muchos no verán el próximo día. También tengo miedo pero confío en los dioses, siempre me han acompañado. Golpearemos las murallas con nuestras maquinas. Los arqueros están listos para subir a las torres, algunos guerreros seleccionados especialmente también. Un ariete va a la vanguardia para golpear la puerta principal de la ciudad.

Ordene a KHUFU permanecer en la retaguardia, muy a su pesar ha aceptado. Demasiado joven para esto, le he tomado cariño, mejor mantenerlo fuera de esto. Ya tendrá su momento para la batalla.

En la muralla el ejército meroíta está formado.  Trataran de causarnos muchas muertes para desanimarnos, espero que esta vez podamos trepar los muros. Tenemos suficientes escaleras y torres como para llevar a muchos de los nuestros a la cima. TUTMOSIS hace un gesto: El ataque comienza. 

Las catapultas arrojan piedras y fuego dentro de la ciudad. Los arqueros disparan sobre la muralla. Las torres avanzan, los infantes también. Los meroítas esperan. Aun no nos disparan. Esperaran a tenernos a tiro, no desaprovecharan su parque. 

Subiré a una de las torres: espero poder llegar a lo alto de la muralla. Ahora los sitiados nos disparan: una nube de flechas descarga su lluvia sobre nosotros. Nos cubrimos con nuestros escudos, ¡Dioses protegedme! Alcanzo una de las torres, un grupo de mis hombres me sigue. Subimos las escaleras interiores: puedo escuchar  las saetas golpear contra sus paredes de madera. 

Intentaran ponerle fuego o voltearla, espero que no suceda.  Los infantes la empujan en dirección a la muralla. Alcanzo la parte superior, los arqueros de la torre disparan a la muralla. Puedo ver a los defensores, distingo la desesperación en sus caras. Las torres se les acercan en varios puntos. En el interior de la ciudad hay fuego, el humo se levanta en humaredas densas. Una de las torres cae de lado en llamas: Sus servidores se arrojan al vacío. Estamos a solo unos pasos de la muralla. 

Mis hombres están escondidos detrás de sus escudos, listos para saltar a la muralla.  Una fuerte vibración nos sobresalta: llegamos a la pared. Los arqueros se preparan para lanzar la rampa. Un sonido fuerte y seco anuncia que el puente ha sido lanzado. Me asomo apenas para ver el camino libre delante.

-¡Atacad!

Corremos por el puente tras los escudos, los guerreros corren detrás mío gritando. Salto una de las almenas y estoy en la ciudad: Un meroíta me recibe arrojándome su lanza, la rechazo con mi escudo. Golpeamos armas, logro herirle, cae. Esta muerto. 

Veo como un río de hombres salta de la torre dentro de la ciudad, otras torres han alcanzado la muralla. La batalla trascurre en los muros, todo marcha según lo previsto.

Sin embargo hay algo que me inquieta, como un mal presagio, en un raro momento de calma observo el horizonte con desconfianza: al Norte veo una gran nube de polvo que se alza sobre el desierto. ¿Una tormenta? Quizás. 

Logramos tomar uno de los torreones. Nuestros arqueros pueden dejar la torre para disparar desde la misma muralla, les cubrimos con nuestros escudos. Se establece un duelo: Arqueros contra arqueros disparan flecha tras flecha. Los egipcios nos estamos imponiendo.

Pero de nuevo ese raro presentimiento, vuelvo a escudriñar el desierto. ¿Una tormenta… o un ejército? Nuestra tropa sigue trepando las murallas. El príncipe BEBTI aparece por allí, me hace una seña: Tras nuestros escudos tenemos una breve charla.

-¡BEBTI mira! -Le señalo el fenómeno.
-¿Una tormenta?
-¿Y si acaso son los nubios? Regresare. Te dejo a cargo de esto.

BEBTI sorprendido asiente, es un buen líder, lo llevara bien. Regreso sobre mis pasos, vuelvo a la torre de asedio, bajo sus escaleras esquivando a los infantes que vienen subiendo en sentido opuesto.

La batalla sigue sin disminuir en brutalidad.
Vuelvo a tocar tierra, ahora comienzo a correr hacia el campamento con mi escudo colgado en la espalda, alejándome de la muralla. Encuentro a uno de los capitanes, le pido su caballo. Monto y a toda velocidad salgo disparado buscando a TUTMOSIS.

 Atravieso la línea de las catapultas, no muy lejos está el faraón.  Voy hacia él, lo encuentro hablando con un mensajero. Me mira, su rostro esta enrojecido de furia:

-¡SETI, nos atacan! La reserva los está enfrentando ahora mismo. Llévate todos los hombres que puedas conseguir. Detendré esto.
-Los Nuestros están en la ciudad. BEBTI los dirige.
-Debemos parar el ataque a la ciudad, aún no sabemos su fuerza. Llévate a mi guardia personal. Hay que actuar rápido.-Uno de sus capitanes me sigue, la escolta de faraón esta lista.
-Infórmame de la situación en cuanto puedas, preparare los refuerzos. ¡Que los Dioses te acompañen!

Sin bajar de mi caballo invento un ademán para que los jinetes me sigan. Salimos rápidamente hacia el norte.

continuara ...


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